Respetable lector, acaso cuando tenga esta edición en sus manos ya haya votado a favor de alguno de los candidatos a cargos de elección. Pero también es posible que falten horas para que ejerza ese derecho. Su derecho. O tal vez está reflexionando por quién sufragar en este proceso inmerso, lamentablemente, en aciagos días.
Aciagos porque nos agobian muchos problemas estructurales y coyunturales. No hemos enfrentado con acierto la crisis financiera global. Hemos sufrido la tragedia de Hermosillo y la desaparición de niños de la estancia Casitas del Sur, en el Distrito Federal. Vivimos con mayor severidad que otros países los embates de la influenza humana; en México hubo más muertes por ese padecimiento que en otros lugares.
Aciagos porque a la endémica falta de empleo se suma el desempleo creciente de ahora. A la violencia del crimen organizado se agregan más muertes y protagonistas salidos de las filas de las corporaciones de seguridad o aún pertenecientes a ellas. Porque a la ingobernabilidad señalada por el Banco Mundial se suman nuevas causas debidas a falta de capacidad para gobernar, a ineficiencia, insuficiencia, desviaciones, de instituciones públicas y privadas. Hay excepciones.
Los datos son ominosos. Están a la vista, todos los días, en los medios:
“En todo el país han sido asesinadas más de 10,800 personas desde diciembre de 2006, cuando el Presidente Felipe Calderón asumió el poder y lanzó una ofensiva contra los cárteles de las drogas”, Associated Press, 30 de junio. Información del 1 de julio: “Prevén pérdida de 656 mil empleos en 2009”, El Universal; “Desplome histórico en la recaudación: 19.5% a mayo”, La Jornada; “Bajan remesas a menor nivel en una década, el Banco de México reporta que el dinero enviado por mexicanos desde el extranjero disminuyó 19.87% en mayo”, Excelsior; “Elevan caída del 5.8% al 6.3% para 2009, analistas esperan mayor contracción para economía mexicana”, El Economista; “Lamenta Lozano Alarcón (secretario del Trabajo) precaria situación laboral en México”, dijo que es imperdonable que México ocupe lugares tan bajos frente al resto de las economías del mundo. Reconoció que la tasa de desocupación alcanza el 5.31 por ciento, El Financiero; “Van 12 mil 50 asesinados desde que el Presidente emprendió la lucha contra el narco. Récord en junio: 769 ejecuciones”, Milenio.
Para enfrentar y superar eso y cuanto venga, es necesario corregir el rumbo de nuestras instituciones, fortalecerlas. Entre ellas a la Cámara de Diputados, al Congreso de la Unión. Una forma de hacerlo es mediante un voto razonado y efectivo este 5 de julio.
De ahí la importancia de una participación de todos en el proceso electoral que conduzca a una elección de legisladores responsables, dispuestos a alcanzar acuerdos. No importan los desplantes inoportunos, por no decir torpes, de Germán Martínez, presidente del PAN, quien dijo “…defenderé hasta el final la estrategia de haber confrontado con el PRI, pues en febrero pasado, Acción Nacional estaba en ‘la lona’ y hoy, a unos días de la elección ‘está en competencia’ ”.
¿Estrategia de confrontación? ¿El PAN está hoy en competencia? Tal vez, ¿A qué precio? Hoy necesitamos cohesión social, cohesión que ha sido destruida, según dijo el diputado Javier González Garza, coordinador del Grupo Parlamentario del PRD, en la pasada sesión de la Comisión Permanente. Necesitamos unidad, no confrontaciones electoreras que hagan más agudos los problemas que pueden conducirnos a un estado de franca ingobernabilidad.
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