Opinión

Legislativa ambiental

César Duarte Jáquez, gobernador de Chihuahua, propuso que los llamados “ninis” presten tres años de servicio militar. Para, entre otras cosas, evitar sean reclutados por bandas criminales. Presentará una iniciativa que pretende integrar a mayores de 18 años, sin estudios ni trabajo, a cambio de un apoyo económico. “El gobierno podrá encauzarlos a que se incorporen al Ejército en muchas de sus tareas. A partir de ello, recibir un salario, y con ello establecer una fuerza que los lleve a cambiar su mentalidad y su comportamiento”.

Los “ninis” son jóvenes que no estudian ni trabajan. Hay quienes agregan: “ni tienen esperanza”.

Independientemente del procedimiento que siga la propuesta, en principio, ya fue cuestionada por legisladores. Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, expresó que el ingreso al Ejército es un asunto de vocación. Si se ofrece como alternativa vocacional se estaría cometiendo un grave error.

Alejandro Encinas, ex coordinador del grupo parlamentario del PRD, dijo que la propuesta es ofensiva, para los jóvenes y para la propia responsabilidad pública. Es responsabilidad del Estado garantizar educación y empleo. No se puede querer «militarizar el desempleo y la deserción escolar».

Carlos Alberto Pérez Cuevas, vicecoordinador del grupo parlamentario del PAN, señaló que formar parte del Ejército no es un castigo ni una imposición. No debe verse como opción para los llamados «ninis». A ellos hay que convertirlos en ‘sisis’.

Pablo Escudero, presidente de la Comisión de la Función Pública, en la Cámara, consideró que la intención de dar una oportunidad a los jóvenes puede ser buena, pero no necesariamente en el Ejército. Habría que buscarles otras opciones.

Al respecto, cabe recordar palabras de José Narro, rector de la nuestra máxima casa de estudios.

En enero pasado El papel de la UNAM en el desarrollo de México, en el seminario por el 25 aniversario del Instituto Belisario Domínguez, del Senado, insistió en la urgencia de un nuevo rumbo para el país. De un nuevo proyecto nacional que implique saldar viejas cuentas con los que menos tienen. Revisar los esquemas ya agotados. Los graves problemas del país no podrán resolverse sin efectuar reformas de fondo y diseñar políticas que den expectativas y esperanza a los jóvenes.

“La esperanza de un futuro mejor siempre es necesaria, especialmente en los más jóvenes. Más hoy, cuando la búsqueda del poder por el poder podría aparentar ser la meta política; cuando la violencia y el miedo parecen paralizarnos; cuando no necesariamente encontramos proyectos claros y acuerdos sobre qué hacer para que México supere sus problemas.

“Las cifras son contundentes: la baja cobertura de la educación superior, la pobre eficiencia terminal del sistema educativo y las limitadas oportunidades laborales, sumadas a un promedio nacional de escolaridad que no llega a nueve años y a un rezago escolar que alcanza los 33 millones de personas, son condiciones que afectan al sistema económico y deprimen las perspectivas de los jóvenes.

“A la juventud hay que convencerla de que los valores cívicos son indispensables para resolver los problemas que acompañan a una sociedad plural. Debemos enseñarles lo valioso para la vida en común, de valores como libertad, igualdad, democracia, solidaridad, diálogo, honestidad, respeto, justicia y tolerancia”.

Las coincidencias entre legisladores y el rector no son casuales, tienen sentido y fundamento, como sentido tiene la intención del gobernador César Duarte. Si bien tendrá que encontrársele otra vía.

Acerca de Ulises Villalba

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