A un lustro de distancia, la meta de alcanzar una educación para todos los mexicanos a nivel primaria y abatir totalmente el analfabetismo, se ve francamente lejana si las autoridades en la materia ponen oídos sordos y no se ponen las pilas al momento de cumplir con su responsabilidad.
La advertencia está contenida en el Informe de Seguimiento de la Educación para todos en el Mundo 2010 de la UNESCO, presentado recientemente en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, correspondiente al compromiso firmado por nuestro país en el año 2000, como parte de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU que cumplen una década de aplicación a nivel mundial.
Bajo el título “Llegar a los marginados”, la edición del informe correspondiente a este año, señala que México ha ignorado la desigualdad extrema en la educación del país y ello ocasiona que en las zonas marginadas no disminuya el analfabetismo. Por ello, para el año 2015 la meta de una educación para todos ve reducida sus posibilidades de concretarse.
La UNESCO recuerda a todos los gobiernos de más de 160 naciones, incluido el de México, que deben centrar su atención en las localidades marginadas, porque dentro de cinco años deberán mostrar que todos los niños de seis a once años estudian y concluyen la primaria.
Ante el señalamiento del organismo dependiente de la ONU, las autoridades deberán tener siempre presente, una verdad incontrovertible y de carácter universal: un país cuyo pueblo está en posibilidades de adquirir un nivel educativo alto, es una nación con futuro, donde la desigualdad es infinitamente menor y con niveles altos en materia económica y superación personal.
No hay que desdeñar la importancia del señalamiento respecto al incierto futuro en materia educativa que destaca la desaceleración económica, misma que junto con el incremento de la pobreza, podrían ocasionar un retroceso en el avance alcanzado en los últimos 10 años, ya que todavía quedan 72 millones de niños en el mundo sin escolarizar.
El análisis, acorde a lo señalado por Irina Bokova, directora general de la UNESCO, apunta que la evaluación muestra que en vez de estar cerca de la meta para el 2015, se corre el riego de que surja “una generación perdida” de niños privados de recibir una educación que les permita salir de la pobreza.
Dentro de los motivos por los que se pone en riesgo la meta, el documento indica que la pérdida de oportunidades en el sector de la educación, puede frenar el crecimiento y la mitigación de la pobreza, así como los progresos en el ámbito de la salud, lo que adquiere mayor relevancia ante la inminente celebración de la cumbre internacional sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas.
De continuar esta tendencia, en cinco años más habrá todavía sin escolarizar unos 56 millones de niños en el mundo en edad de ir a la primaria y, a diez años de haberse firmado los Objetivos, prevalecen alrededor de 71 millones de adolescentes que no estudian y que deberían cursar el primer ciclo de secundaria.
En sus conclusiones, el Informe externa su preocupación en torno a la disparidad educativa dentro de cada país y pone como ejemplo que en México 25 por ciento de los adultos mayores de Chiapas reciben menos de cuatro años de educación, mientras que en el Distrito Federal ese porcentaje baja a 3 por ciento.
Ante este nada alentador panorama, el llamado directo es para que las autoridades educativas
–apetitos políticos aparte y respetando su libre albedrío a sus pretensiones futuristas–, asuman su responsabilidad para las que fueron designadas y sus respuestas sean positivas, no sólo para niños en el ciclo inicial, sino también en beneficio de los adolescentes que aspiran a una educación de calidad en los niveles superiores, porque los jóvenes constituyen el futuro del país.
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