Sacó a las Fuerzas Armadas de los cuarteles y los envió a la calle a combatir criminales, narcotraficantes, secuestradores, asaltantes. Pero la elite militar no tenía archivos actualizados. Sin investigación. Así, hicieron el ridículo quedaron en muchos de los choques o persecuciones. A ciegas. La vida en México cambió. Decenas de miles de muertos. Gente anónima. Miles en fosas comunes. Números indeterminados de calcinados, de decapitados. La cifra rebasa los 100 mil muertos. Nunca lo vivió el país. Miles de familiares deambulando de estado a estado, de procuraduría a centros forenses, buscando a sus hijos, a sus hijas. A un familiar, un humano desaparecido. Nunca se tuvo un México así. Mientras EEUU combate las drogas bajo el concepto de salud; en México se giró a seguridad nacional. El símbolo de la tragedia es la mariguana. Con todo el entorno de drogas.
Es una crónica gubernamental trágica, de equivocación estratégica. Con un aparato burocrático gubernamental multimillonario. Con el presupuesto más elevado de la historia en seguridad pública. A cargo de Genaro García Luna. Todo está ahí. Equipo moderno, el último grito de moda tecnológica. Por dinero no paró. Hay un país aterrorizado. En EEUU aprueban, Washingtón y Colorado, el consumo de la mariguana de “uso recreativo”. Ya no es por reumas. Hoy es mariguana. Mañana otra droga. Y los 6 años de sangre mexicana, inútil. El gran fracaso del sexenio calderonista. Falta rendición de cuentas. Del gabinete de seguridad.
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