Nuevamente, un millón 500 mil niños sin clases, en Oaxaca. Por un paro de los maestros de la sección 22. Esa región y la de Michoacán tienen como hábito de lucha política cerrar las escuelas. Son maestros que pertenecen a disidencia del SNTE contra Elba Esther Gordillo, pero dañando a la población escolar. Michoacán y Oaxaca son las entidades de mayor atraso en materia educativa. Y también impiden que se realice el examen Enlace para probar el avance educativo.
Son agrupaciones magisteriales de trinchera política, militan en organismos denominados de izquierda. Oaxaca es la entidad con el récord mundial de cierre de escuelas y suspensión de estudios. Son violentos. Se multiplican en banderas políticas de lucha para tirar al gobernador en turno. Abundan los cacicazgos, que vienen de las filas priístas, Diódoro Carrasco es el cabecilla, fue secretario de Gobernación con Ernesto Zedillo, ahora milita en el PAN, igual trayectoria tiene Gabino Cué, del PRI se enfrentó a José Murat, hoy es de alianza izquierdista y panista. Flota un personaje truculento, Flavio Sosa. Este ha destruido las festividades de la Guelaguetza, ha movilizado para cerrar escuelas y la Universidad. Ahora es candidato a diputado, por el PT.
Una pregunta ¿esta actitud significa dañar la educación, los bloqueos y ataques a edificios históricos, piensan que les genera simpatía ciudadana? Seguramente no. Seguramente no les dan el voto. Luego dicen que hay fraude. Son los grupos de siempre. En la ciudad de México marchan por las calles los del Barzón, causan embotellamientos de tránsito, dañan las actividades de citadinos. Colapsan el Medio Ambiente. Lo mismo hace el extinto sindicato de electricistas. Marchas y bloqueos. Esa izquierda no obtiene la simpatía electoral. Y el gobierno los protege, hacen acciones que dañan la salud y la vida cotidiana.
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