Aunque México enfrentó el segundo sismo de 8.2 grados en su historia, la percepción de la población fue que la ciudad sobrevivió bien al movimiento telúrico, pero no se debe bajar la guardia en cuanto a la cultura de la prevención, enfatizaron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante la conferencia de prensa de hoy, para dar a conocer los detalles del sismo que afectó la costa de Chiapas la noche del 7 de septiembre, los investigadores precisaron que esta sensación de una menor intensidad se debió a la lejanía de la Ciudad de México respecto al sitio del epicentro.
Leonardo Ramírez, de la Unidad de Instrumentación Sísmica del Instituto de Ingeniería de la UNAM, explicó que esta idea de que fue intenso pero no causó grandes estragos en la capital del país, como en 1985, se debe a tres factores asociados: la distancia, la magnitud y las características del sitio donde vivimos.
“La percepción de la intensidad fue de una quinta parte de lo que se sintió en 1985. Esto se debe a la combinación de la magnitud, la distancia y las condiciones geológicas de la Ciudad de México”, explicó.
Recordó que en 2012, la Ciudad de México sintió con mayor intensidad el sismo de 7.4 grados Richter registrado en Ometepec, Guerrero, pero esto se debe a que dicho sitio está mucho más cerca de nosotros, mientras que el sismo en Chiapas tardó más de 130 segundos en llegar a nosotros.
Los especialistas del Instituto de Ingeniería estiman que 50 millones de personas estuvieron expuestas al sismo o lo sintieron, de las cuales, 38 millones lo percibieron de manera moderada.
A su vez, Xioly Pérez Campos, jefa del Servicio Sismológico Nacional explicó que hasta las 10:15 horas de hoy se habían registrado 266 réplicas del movimiento telúrico, de las cuales, la más intensa se registró a las 00:17 horas, de 6.1 grados Richter.
“Este sismo está ocurriendo en la zona del Itsmo de Tehuantepec, es posible que se tengan más réplicas que pueden alcanzar magnitudes de 7 grados; sin embargo, no se sabe cuándo va a ser. La recomendación a la población es estar atentos”, reiteró la especialista.
Luego del sismo de 1985, investigadores habían anunciado que en nuestro país se registraría un sismo de mayor envergadura proveniente, posiblemente, de la llamada brecha de Guerrero, algo que aún sigue pendiente, pues dicha estimación se realizó en base al choque de placas tectónicas, lo cual no ocurrió en esta ocasión.
La investigadora, precisó que entre las causas del movimiento sísmico están el choque de dos placas tectónicas (sismo de contacto), usualmente la Placa de Cocos y la Norteamericana, o bien la fractura de alguna de éstas (sismo de desgarre). Ambos tipos de sismos tienen comportamientos completamente diferentes.
El origen del sismo de ayer fue una fractura en la placa de Cocos, producto de su desplazamiento bajo la Norteamericana, más no por el choque de ambas rocas.
“Este sismo no es de contacto, entonces no se considera que rompió la brecha de Tehuantepec. Por eso se considera que en la zona no se ha generado un sismo de contacto. Seguimos aprendiendo de la interacción”, precisó Pérez Campos.
La especialista del Instituto de Geofísica de la UNAM –institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico- recomendó a la población ser prudente, pues circula actualmente, vía redes sociales, donde se avisa de un sismo de 8.6 grados pero se trata de una mentira.
“No se pueden predecir los sismos. Se trata de anuncios apócrifos donde se menciona al Servicio Geológico de Estados Unidos, el Servicio Sismológico, pero nosotros jamás diríamos que se predice un sismo. No podemos saber dónde, de qué magnitud, ni cuándo pueden ocurrir. Por eso es importante que la población siempre esté preparada pues vivimos en un país altamente sísmico. Por favor, no circulen rumores y mejor pongan atención a lo que las instituciones podemos decir”, enfatizó.
La titular del Servicio Sismológico Nacional precisó que han comenzado a colaborar con especialistas de Japón para revisar las interacciones entre las placas tectónicas, para mejorar los servicios que se ofrecen.
Comentarios Cerrados