Las novedades en la propuesta del PRI son la “suplencia presidencial en caso de ausencia absoluta” y la ratificación del gabinete, incluidos directores de paraestatales. Quedó en el olvido la segunda vuelta electoral.
Según dijo el senador Manlio Fabio Beltrones, la nueva reforma política debe ser aprobada cuando concluya el actual período de sesiones del Congreso y, de ser necesario, se recurrirá a un extraordinario.
El PRD propuso, por su parte, que el Senado designe al procurador general de la República y toda la propaganda transmitida por entes públicos a través de radio y televisión sea en los tiempos correspondientes al Estado.
Tampoco se toma en cuenta la elevación a 4% en votaciones electorales para mantener el registro de los partidos porque ello significaría la muerte de los “chicos”. Continuará en 2%.
De acuerdo a la iniciativa senatorial presentada por Beltrones bajo el rubro de “Necesitamos más y mejor política”, el asunto de los candidatos independientes siguió en el viento porque si bien las permite el texto constitucional se requiere la legislación de leyes secundarias para regularlas, junto con el financiamiento respectivo.
Es claro que no va a pasar el propósito del Ejecutivo federal de enviar dos iniciativas en cada período de sesiones y se conviertan en leyes, automáticamente, de no ser aprobadas en el mismo. Equivaldría a conceder calidad legislativa al gobierno.
Mucho va ganar el país, en cambio, con la eliminación de las senadurías plurinominales y la disminución de 100 diputaciones de la misma fórmula. Aparte de los ahorros monetarios bajará el tono de tantos gritones y hasta habrá oportunidades de legislar mejor.
El proyecto del Senado contempla dos reelecciones para diputados contra tres propuestas por Felipe Calderón. Y los senadores serían reelectos en una sola ocasión, de manera consecutiva.
El referéndum, tan necesario en cada país que se diga democrático, será aprobado, finalmente. Lo proponen el Presidente y el Senado.
En la iniciativa delineada por Beltrones se puso énfasis en la suplencia presidencial debido a su ambigüedad en La Constitución. A falta absoluta del primer mandatario quedará encargado del despacho el secretario de Gobernación en tanto sea designado el sucesor.
Es urgente, por lo demás, que los secretarios y directores de paraestatales sean ratificados por el Senado. Debe haber filtros para impedir el arribo de cuatitos y vivales a las secretarías de Estado.
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