AHORA LOS asesores del jefe de la policía del DF, Manuel Mondragón y Kalb, descubrieron que en el artículo octavo fracción seis del Reglamento de Tránsito Metropolitano hay una sanción económica para los automovilistas o conductores de vehículos del servicio público y transportistas que obstaculicen el paso de los peatones y de las calles transversales.
ESTA SANCION del citado reglamento indica que los conductores de autos y camiones que no permitan el paso en cruceros donde exista la señalización de círculo rojo o donde no haya posibilidad de que los vehículos avancen hasta cruzar en su totalidad, tendrán que pagar una multa de cinco días de salario mínimo general vigente en el Distrito Federal, lo que significa que deberán pagar 575 pesos, pero si lo hacen antes de 30 días, el gobierno del DF les hace un descuento del 50 por ciento.
LOS CRUCEROS que, hasta ahora han sido calificados como “pasos de cortesía”, porque las autoridades ya les pintaron el círculo rojo y las rayas blancas para limitar la zona en la que los vehículos deberán dejar libre el paso a los peatones, sólo son 150 en toda la ciudad, pero hay el ofrecimiento del jefe de la policía que serán 500 los considerados como conflictivos y en ellos estarán listos los agentes de tránsito autorizados para imponer las multas.
PERO, LA VERDAD, es que las autoridades del DF se quedan cortas al sólo considerar 500 los cruceros peligrosos donde se tiene que respetar el paso de las personas que transitan por las calles de la ciudad caminando que, además, tienen todo el derecho de libre tránsito y de que los conductores de toda clase de vehículos respeten su vida. Claro que en toda la Ciudad de México existen muchos más cruceros que los que considera el secretario de Seguridad Pública.
¿QUÉ FUE LO que ocasionó a las autoridades a tomar esta medida?, no lo dicen, pero es fácil acertar porque el cuidado de todos los cruceros peligroso de la ciudad es nulo. Los agentes de tránsito, donde los hay, sólo esperan detener a un conductor infractor, revisar los autos que no lleven las calcomanías de la verificación y que los conductores no tengan bien apretado el cinturón de seguridad para imponer una infracción del reglamento o bien llegar a un pronto arreglo, lo que se traduce en la clásica “mordida”, “entre” o como quiera llamarle.
LA FALTA DE vigilancia efectiva de parte de los agentes de tránsito de la SSP, en los últimos meses ha ocasionado múltiples accidentes en los que las víctimas, siempre personas que intentaron cruzar en calles y avenidas de intenso tráfico vehicular, perdieron la vida atropellados por veloces automovilistas o pesados microbuses con conductores cafres.
LA MEDIDA, sin duda es buena, aunque se tome después de que mucha gente ha muerto en los cruceros que ahora pintarán con rayas blancas y les pondrán un círculo rojo. Claro que hay más de 500 de estos cruceros, pero algo es algo en protección de los peatones, que somos muchos más que los afortunados automovilistas.
ESPERAMOS LOS chilangos que esta medida no sea sólo para obtener más dinero que llegue a las arcas de la ciudad con un destino incierto, como en muchos otros renglones de la recaudación de impuestos, donde se dice que los fondos son para el pago de obras de servicio público, pero el dinero se ocupa en financiamiento para sostener carreras políticas que no son, precisamente de “cortesía”, como bautizaron a estos cruceros viales.
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