Cuantos esfuerzos haga Occidente para alcanzar una paz tan duradera como posible sea, en Medio Oriente, el mundo de hoy y de mañana lo reconocerán, y lo agradecerán. De la misma manera que el mundo habrá de repudiar a quienes como Hitler, los generales japoneses (no necesariamente a Hirohito) Mussolini, los hacedores de la guerra norteamericanos (¿a alguien le suena el nombre de Preston Bush?) y europeos, fueron protagonistas en la más grande y sangrienta conflagración que el hombre ha vivido.
Pero es el caso que Occidente no es Occidente, ni el Medio Oriente es el Medio Oriente, Europa no es Europa ni Asia es Asia, bueno, entrados en tema consideremos a África entre las regiones críticas que llevan a la humanidad a enfrentar riesgos de tipo económico, bélico, sanitario, criminal, cultural, migratorio, con sus respectivas dosis de terrorismo dirigidas contra quien sea a donde sea.
Países, continentes, regiones, comunidades, son liderados por quienes temporal, o de manera más o menos permanente, cumplen roles protagónicos en el devenir histórico de los pueblos. Para bien o para mal.
A tales reflexiones me lleva la presencia de Benjamín Netanyahu en el Congreso Norteamericano. En un discurso de manifiesta ambivalencia, reconoce al país de las barras y las estrellas el apoyo que ha dado a Israel en la larga serie de conflictos vividos desde su constitución como estado moderno. en 1946. Reconocimiento dirigido a quien hoy preside su gobierno Barack Obama pero, al mismo tiempo, cuestionando su afán de una política de acuerdos, los posibles, con el gobierno de Irán, encabezado por Hasán Rouhaní.
Netanyahu es un hombre de derecha, Rouhani es un islamista moderado. Con éste, vital promover un acercamiento ante la reconocida amenaza del Estado Islámico que pone en peligro a la región. Desde allí al mundo ¿Qué tan largo puede ser el brazo del terrorismo? El primer ministro israelí pretende que sus aliados obliguen a Irán a cancelar su programa nuclear cuando Irán insiste en que éste no tiene propósitos armamentistas. Vamos, el jefe de una potencia nuclear reclama exclusividad atómica en la región cuando de su belicismo ha hecho víctima, sin solución aparente, a Palestina. Aun contraviniendo disposiciones expresas de la ONU. Como decimos “el burro hablando de orejas”.
Mal momento ha escogido Netanyahu para su exabrupto. Cuando el huésped de la Casa Blanca enfrenta en el congreso a una mayoría republicana opositora, y en calles norteamericanas a crecientes sentimientos de derecha radical que fundamentan acciones de xenofobia, que, entre otros hechos, han sido causa de la muerte de 3 mexicanos a manos de pretendidos guardianes del orden, en los últimos 3 meses; 76 en el lapso de 10 años.
Ciertamente, el régimen de Obama, a dos años de su conclusión, muestra signos de eficacia económica que acaso permita el regreso de una mayoría demócrata al Congreso y su permanencia al frente del ejecutivo norteamericano “¡Es la economía, estúpido!» expresión ilustrativa del triunfo de Bill Clinton en 1992, y también la continuación por una ruta de distención mundial hacia una paz posible.
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