El endurecimiento del programa Hoy No Circula no sólo ha afectado la movilidad de la población en la capital mexicana, sino también ha tenido un impacto directo en las pequeñas y medianas empresas (Pymes) que se dedican a la preparación de alimentos y bebidas.
De acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) de la Ciudad de México, en promedio los establecimientos de la ciudad gastaron 767 millones de pesos durante el mes de abril en la implementación de estrategias para mitigar el impacto de la medida, y se calcula que cada local eroga al menos 800 pesos diariamente para garantizar su proveeduría y en promedio ésta se realiza tres veces por semana.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) también indicó que más de 150 mil empresas debieron reprogramar sus rutas de entrega al fin de semana, principalmente para el domingo. Alrededor de 47 mil 500 de éstas se dedican a la preparación de alimentos y bebidas alcohólicas y no alcohólicas; 80 mil expenden abarrotes y alimentos al por menor y 3 mil son mayoristas.
En el caso de los restaurantes cuyo principal modelo de venta es la distribución a domicilio, la afectación también ha sido significativa, ejemplo de ello, indicó Ricardo Gabriel, director general de la cadena Pane En Vía, es que en esta empresa el 80 por ciento de su operación de la empresa depende de la entrega a domicilio, y tuvieron que invertir cerca de 80 mil pesos para adquirir un lote de bicicletas, con las que cubren entregas en un rango menor a un kilómetro, y destinan alrededor de 90 mil pesos en la renta de motocicletas cuando se presenta la Fase 1 de contingencia.
Asimismo, han tenido que reorganizar rutas y tiempos de entrega. En el caso de los clientes frecuentes, Pane En Vía realiza llamadas de cortesía para solicitarles que generen sus pedidos con anticipación y así poder entregárselos a tiempo. Con ello, el tiempo de la entrega se extendió únicamente 10 minutos al habitual.
Otro caso, fue documentando por el fundador y director general de la marca Garabatos, Abraham Bleier, quien indicó que durante la implementación de la Fase 1 de la contingencia deben invertir 60 mil pesos en la renta de camionetas para poder satisfacer la proveeduría propia, ya que diariamente surten pasteles, galletas y pan fresco a sus 41 puntos de venta.
Respecto a la proveeduría externa, señaló que han visto un incremento en el presupuesto para gastos extraordinarios, debido a las compras de emergencia que han tenido que hacer ante la incapacidad de sus proveedores de surtir todos los insumos a tiempo. Este tipo de compras suelen ser hasta 20 por ciento más caras.
Agregó que, en el caso de Garabatos, ha registrado una caída de 5 por ciento en sus ventas en los últimos dos meses; mientras que durante la Fase 1, las pérdidas pueden ser de hasta 15 por ciento, debido a que la mayoría de sus comensales se trasladan en auto y con la contingente restringen sus salidas lo más posible.
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