Hay cuatro candidatos a la Presidencia. Recorren el país, ofrecen y proponen. La gente sale, acude y escucha. O los llevan. El domingo primero de julio, con su voto, el pueblo elegirá al nuevo Presidente de México.
Los cuatro son Enrique Peña Nieto, del PRI-PVEM; Josefina Vázquez Mota, por PAN; Andrés Manuel López Obrador, del PRD-PT-PC; y Gabriel Quadri, por PANAL. Por mayoría de votos, de las últimas elecciones en primer lugar está el PRI, en segundo lugar PAN, tercero PRD.
Y por encuestas, publicadas por las instituciones más reconocidas, todas colocan al candidato Peña Nieto, en primer lugar, con un promedio de 18 puntos por encima de Josefina que está en segundo; y en tercero Andrés Manuel. Estos porcentajes reflejan la intención del voto de la ciudadanía.
El priísta, sobre las encuestas, dice que es halagador saber que está adelante; “pero es con propuestas y compromisos como obtendré el voto mayoritario de la población”. El partido realiza una difusión nacional diciendo que Enrique es un político de compromisos y cumple.
Josefina va a la campaña con un partido confundido en su dirigencia. Empieza con varios voceros y golpeadores, caso Javier Lozano. Las grandes figuras del panismo están a distancia, como Diego Fernández de Cevallos o Vicente Fox. Hay la impresión de división y padecer espionaje.
Andrés Manuel con su discurso que denomina amoroso, no puede evitar los descalificativos cursis, como el “producto chatarra” o “copete” y otros epítetos alusivos a Peña Nieto. Curiosamente otro personaje de ultra derecha, el cardenal jalisciense Juan Sandoval Iñiguez, aludió al priísta con vulgaridad. AMLO toma como bandera de proselitismo la organización Morena y es el candidato que ya recorrió el país varias veces, el más conocido. Gabriel Quadri, con Panal significa la espectativa de equilibrio, lo que logre es bueno.
El valor mayor, el gran capital humano, es el ciudadano con su voto.
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