El crecimiento de las remesas provenientes de Estados Unidos y el desarrollo de la banca móvil son dos factores fundamentales sobre los cuales la economía mexicana podrá abrirse camino hacia la inclusión financiera integral, refiere Denisse Jiménez Torres, licenciada en Economía de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Esto según su artículo La inclusión financiera en los receptores mexicanos de remesas. Escenario actual y desafíos, en donde señala que las remesas aumentaron 5.9 por ciento en los primeros nueve meses de 2015, respecto de 2014, lo que haría posible mitigar la pobreza.
El texto publicado en el Reporte Macroeconómico de México, edición de El Observatorio Económico de México de la UAM especifica que lo anterior obedeció a la mejora del empleo y los salarios que Estados Unidos experimentó en los dos años más recientes, con una tasa de desempleo de 5 por ciento, la más baja desde abril de 2008.
La apreciación del dólar impactó de manera positiva en la inflación mexicana y fortaleció el poder de compra de los hogares, lo que provocó mayor cobertura de las operaciones por parte de las instituciones financieras intermediarias y bajos costos de operación que involucran transferencias monetarias.
Por otro lado, más de 2500 millones de adultos en el mundo siguen sin contar con una cuenta bancaria por el alto costo, la distancia recorrida y el papeleo, entre otras limitaciones, lo cual impide desarrollar todo el potencial hacia una verdadera inclusión financiera.
De acuerdo con datos de Bansefi, en el país existen cerca de diez millones de hogares en localidades que no cuentan con un punto de servicios financieros formales, por lo que la banca móvil es una opción viable para solventar esa problemática.
Gracias a la proliferación de teléfonos móviles las familias generan cada vez mayor confianza en la banca de ese tipo, algo que daría paso a flujos monetarios más constantes y predecibles, abaratando los servicios financieros y, en general, toda la infraestructura bancaria.
La economista subraya que, no obstante, se debe poner atención especial en la protección al consumidor en ese asunto, garantizando al usuario la correcta y oportuna educación financiera que le permita administrar sus recursos y generar hábitos de ahorro, con la finalidad de promover una buena toma de decisiones.
Además será necesario buscar estrategias para incentivar el ahorro y participar en otros comportamientos financieros a través de ese medio, ya que 60 por ciento de los mexicanos utiliza métodos de ahorro informales y continúa fomentando una cultura del efectivo y de envíos informales.
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