En el gobierno de Luis Echeverría proliferaron grupos guerrilleros. Se exportaba la “revolución maoísta o estalinista”. Países satélites socavaron nacionalidades, preparando guerrilleros, para el sabotaje, secuestro y “ajusticiamiento”, como la sanguinaria Liga 23 de Septiembre. Gobiernos comunistas, Corea, Unión Soviética, China, Angola o Cuba, los financiaron. Y desde entonces Oaxaca fue territorio guerrillero, la Universidad oaxaqueña fue trinchera. Más de 30 años de trinchera. Pregonando la toma del poder gubernamental por vía de las armas. América lo sufrió; como El salvador, Colombia, Perú o Guatemala, décadas de años. Las muertes se cuentan por miles. Sólo hay una guerrilla triunfante tomando el poder, la de Cuba. Oaxaca tiene herencias, células de guerrilla intelectual. 30 años de desestabilización. Un millón 300 mil niños sin clases, marchas y plantones, dañando turismo y comercio. Está la sección 22 rebelde de maestros. Existe la APPO. ONG’s encubiertas. Innovando la guerrilla urbana. Ya quitaron al PRI. Se unieron el PRD, el PAN, PT y Convergencia, sumando la sección 22 y otros gremios, para vencer en las elecciones. Hoy gobierna Gabino Cué; pero la inestabilidad crece. Las matanzas de indígenas es frecuente. Es una revolución fallida, exigiendo cuotas de poder. El gobernador ya ofreció mil 500 millones de pesos; más que otros años. Quieren más y el despido del secretario de gobierno, de seguridad y el de educación. Hasta tribus del PRD del Distrito Federal exigen cuotas, por vía de René Bejarano. r
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