Esta misma semana mi computadora se trabó, mis escasos conocimientos en la materia me decepcionaron totalmente; en cambio un adolescente vino y la destrabó y me dio una tarde de enseñanzas, pero todo en vano, pues nunca entendí qué pasó.
La ciencia ha avanzado y pareciera que no hay ningún límite.
Hay muchas personas deslumbradas con la ciencia que dicen que Dios es una mera hipótesis innecesaria y que la ciencia de nuestro tiempo puede explicar los intersticios del universo. Más todavía, aquellos huecos que llenábamos hablando los cristianos acerca de la obra de Dios, dicen los que aceptan las hipótesis de la ciencia, que el universo es autosuficiente y sobre todo predecible, muy predecible.
Ante esto, cada día, somos menos los que pensamos pero nos aferramos a ello y sostenemos que Dios ha creado el universo y lo rige soberanamente.
Que osadía dirá el científico, pero sostenemos que Dios no está en los huecos del universo, sino que Él, es todo el proceso de vida del universo.
Vemos el universo y confiamos que más allá de las estrellas existe este universo y confiamos así porque Dios mismo nos merece confianza.
Dios es digno de confianza porque vemos su actuar conforme a las leyes, es legalista y por tanto no es impredecible mucho menos caprichoso, Albert Einstein dijo “Dios no juega a los dados”.
¿Existirá una mente creadora? Puesto que vemos que el universo obra de acuerdo a fines constructivos, o también observamos que desde el más pequeño átomo hasta su más lejana estrella todo tiene un orden matemático, ¿entonces la materia es una inteligencia matemática? o ¿Dios es un punto matemático?
Ciertamente eso es cosa de fe y en ello creemos que existe un Espíritu infinito, llamado Dios, que está en el proceso mismo colaborando con ciertos fines creativos determinados e invita a nuestros limitados espíritus a colaborar con Él hacia fines inteligentes y redentores.
Uno dice que la vida es una pompa de jabón y otro dice que es un huevo. Necesitamos decidirnos por lo uno o por lo otro.
Padre te rogamos no permitas el extravío de nuestras almas, tampoco que te perdamos a ti.
*Pastor General de la Iglesia Cristiana Interdenominacional, A.R. ser@iciar.org
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