La actividad humana es depredatoria por Naturaleza. Atenta contra el Medio Ambiente. Cancelar esa actividad, propia de la evolución, imposible. El hombre (genérico) demanda espacio para vivir, alimentos para subsistir y… póngase cuanto se conozca referido a la existencia.
Decíamos en “Gobierno: tres poderes… tres órdenes”, en edición pasada de Mi Ambiente: el campo es vulnerable, entre otros factores, por desarrollo industrial. En el desarrollo industrial consideración destacada merecen industrias extractivas: minería, petróleo, gas. Hoy en el sector, dice la Semarnat, ocurre en Sonora “El peor desastre en la minería”. En efecto, lo sucedido en la mina Buenavista, del Grupo México, concesionario de la explotación del mineral de Cananea, que vertió 40 mil metros cúbicos de residuos tóxicos a los ríos Bacaguchi y Sonora, es un acontecimiento ambiental grave.
Grave también el derrame de cuatro mil barriles de crudo, río San Juan, en Nuevo León, abastecedor de la presa El Cuchillo proveedora de agua a Monterrey. Otro desastre ecológico.
Eventos provocados por mano del hombre. El primero, un accidente, dicen los concesionarios de la mina. En Nuevo León, derrame causado por robo de combustible.
Como sea, volvemos a la afirmación: las industrias extractivas, y procesos conexos, implican riesgos ambientales mayores. Aquí y en cualquier parte. Vienen a la memoria derrame del Ixtoc, en la sonda de Campeche, 1979-80; encallamiento del Exxon Valdés, Alaska, 1989; siniestro similar, barco Prestige, Galicia, España, 2002; plataforma de la British Petrolum, Golfo de México.
Desastres ecológicos por actividad en industrias extractivas. Con efectos inmediatos, más subsecuentes a mediano y largo plazo. Afirma la doctora María Deogracia, investigadora de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí: donde se saque agua de los mantos freáticos en la entidad se la encontrará altamente contaminada, consecuencia histórica de la minería local. En Salamanca, Guanajuato, dicen especialistas, los acuíferos están llenos de residuos de hidrocarburo.
Bueno, un sector industrial en México, de importancia estratégica está inmerso en un medio de alta vulnerabilidad, el ambiente. Los equilibrios son delicados. El cuidado debe ser extremo. La legislación debe corresponder a la dimensión de los acontecimientos. Cabal debe ser la aplicación de las normas. Responsable la operación de dependencias y entes a cargo de la operación, control, vigilancia de las tareas relativas: Semarnat, Conagua, PGR, Profepa, PEMEX; las autoridades judiciales; los poderes legislativos; los gobiernos estatales, el del DF, y los municipales. Responsabilidad mayor la de los particulares concesionarios del aprovechamiento y uso de esos recursos. Importante la participación de organizaciones no gubernamentales, nacionales e internacionales, que asumen tareas de vigilancia (la ecología es tema universal); de instituciones académicas; de público en general; de medios. Acéptese: organismos internacionales, la ONU, entre ellos, tienen labores a cargo, en la materia. Insisto, el tema ambiental es de orden universal.
En tal virtud asumamos: la cuestión ambiental debe motivar un interés ciudadano mayor, participación informada. Así, debemos aspirar a saber de cuanto ocurre en sus ámbitos. Misión de medios, especializados o no, participar en las tareas de difusión correspondientes.
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