Donald Trump odia a México porque no lo dejaron hacer negocios ventajosos en el ramo inmobiliario, le cancelaron varias gestiones porque no tenía los documentos correctos. Pretendió arreglarlo con dinero y lo rebotaron. La respuesta fue que se desquitaría.
Los años pasaron y se lanzó como candidato a la Presidencia de Estados Unidos. En la campaña el Presidente, Enrique Peña Nieto, invitó a los dos candidatos. Hillary no acudió a la invitación. El que vino volado, fue Donald Trump. Se entrevistó con el Mandatario Mexicano y se regresó a su país. Ahí, es visita se convirtió, Donald Trump, en fuente de pesadillas. Un amplio sector de opinión, de comentaristas, le pegaron sin misericordia a Peña. Desde entonces, es el blanco al que le tira Prunt.
Prunt ha violentado la relación pública con México. Y pretende meterle mano. Haciéndose el chistoso habla de enviar soldados a capturar mafiosos. En su “trono imperialista” publica decretos prohibiendo la entrada a EEUU a ciudadanos de siete países, un juez corrigió y anuló el dictado. A ese paso lo van enjuiciar los mismos estadunidenses. Pero esto apenas empieza.
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