El hábitat es calidad de vida. Y la vida en comunidad se da por la política. En el eje del gran ecosistema planetario existe el humano, el político. Y así se da el timón en manos del gobierno. Cuando éste, el gobierno, no funciona, es incapaz, limitado y sin visión e inteligencia, entonces por mal gobierno la comunidad, (pueblo, municipio o país), tiene mala calidad de vida. El hábitat se convierte en incierto. Impera la inseguridad pública, florece la corrupción con impunidad. La vida pública, por mala política, es anárquica; se imponen los vivales y se denostan valores y principios. Por todo esto se vive mal y con miedo, de ser la próxima víctima o porque ya lo fue.
Norberto Bobio, investigador y politólogo, refiere que la política viene de polis, ciudad, igual a ciudadano. Civil y público. Bobio cita a Aristóteles como el gran influjo por su gran obra titulada “Política”, como “el primer tratado sobre la naturaleza, de las funciones , divisiones del Estado y las varias formas de gobierno”. Podemos decir que la política es el arte o ciencia que nos da un sistema político, de libertad y democrático o de sometimiento por dictadura. De ese sistema de gobierno se da el sistema económico, social y del Medio Ambiente. En México depende del Presidente de la República en correlación con los poderes Legislativo y Judicial. Nos irá según sea capaz políticamente. Ejemplo de incapacidad fue Vicente Fox. El daño está hecho.
Hoy el Presidente de México es Felipe Calderón. Ha sido legislador, presidente nacional del PAN, hecho al lado de un gran político visionario el panista, Carlos Castillo Peraza (de la herencia de Gómez Morín y otros pensadores, de los que quedó muy abajo Clouthier) Calderón debiera ser un gran político con el poder presidencial. Pero no lo es; tiene a un país confrontado políticamente, en componendas sucias y desleales. El último ejemplo, de tantos errores políticos, es mandar una “propuesta de reforma política” en silencio y oscuridad. El Poder Legislativo, no es sólo de panistas, hay de otros partidos y su deber es consensar. Y hay una mayoría priísta por voluntad y los votos ciudadanos, debió dialogar. Admitió lo contrario, la alianza con el PRD y PT, vituperiando al PRI. Las pasiones no van con la política. Y por eso hay muchos males.
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