“Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo” Sal. 23:4
A casi un mes de iniciar el año de gracia 2014, quiero traer a tu corazón esta afirmación del salmista: “porque Tú estarás conmigo”.
¿Qué nos depara el próximo año? No lo sabemos, pero independientemente de lo que suceda, debemos estar tranquilos. La seguridad que podamos sentir, no depende de lo favorable que resulten nuestras circunstancias, tampoco del hecho de saber que no habrá problemas, complicaciones o dificultades. Nuestra confianza debe estar fincada en la misma seguridad que había en el corazón del salmista: “porque Tú estarás conmigo”.
El salmista se da cuenta de que puede tener luchas y que tal vez le toque caminar por el valle de sombra de muerte, sin embargo su fortaleza está en la convicción de saber que aún en las peores circunstancias Dios estará con él,
¿En dónde estriba esa seguridad del salmista? En Dios y en su promesa: “Yo estaré contigo”.
Consideremos algunos testimonios bíblicos que sustentan la convicción del salmista y que deben también fincar nuestra seguridad en Dios.
Cuando Jacob huía de su hermano tenía mucho miedo, porque Esaú había jurado darle muerte. Pero en esa circunstancia difícil y adversa Dios lo visitó y le dijo: “Yo estaré contigo” (Gn.31:3).
Moisés, llamado por Dios para volver a Egipto y liberar a Israel, sintió temor porque creyó que faraón procuraba su muerte. En esa angustia, Dios habló a Moisés, diciendo: “Yo estaré contigo” (Ex.3:12).
Josué se sentía atemorizado en guiar al pueblo hacia la tierra prometida. Conociendo su inquietud, Dios le dijo: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas” (Jos.1:9).
Y qué decir de Gedeón que, escondido en cuevas por miedo de los madianitas, se sintió poca cosa para enfrentarlos y llevar a Israel a la victoria. Pero el Señor le dijo: “ciertamente Yo estaré contigo” (Jue. 6:16).
Jeremías se sentía un niño para cumplir la encomienda de hablar al pueblo la Palabra del Señor. Con ese pensamiento y sintiéndose inútil por considerar que muchos estaban contra él, Dios le dijo: “Pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque Yo estoy contigo” (Jer.1:19).
Hasta el mismo apóstol Pablo sintió temor de hablar al pueblo por la oposición de los judíos en Atenas. Pero allí, en esa circunstancia adversa, el Señor le visitó por medio de una visión de noche, y le dijo: “No temas, sino habla y no calles, porque Yo estoy contigo” (Hch.18:9).
¿Cuáles son nuestras circunstancias para el nuevo año que está por iniciar? Inestabilidad económica, desempleo, inseguridad, falta de vivienda, violencia, secuestros, ejecuciones, ingobernabilidad, etc. Factores suficientes para vivir angustiados.
Pero es ante este panorama adverso que debemos recordar la afirmación del salmista: “Aunque ande valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo”. Pero sobre todo, debemos hacer nuestra la promesa dada por Dios a Jacob, Moisés, Josué, Gedeón, Jeremías y Pablo: “Yo estaré contigo”.
Es en el valle de sombrea de muerte que debemos cultivar una vida de mayor dependencia de Él. Ese es el momento más apropiado para tomarnos fuertemente de Su mano y decirle, como dijo Moisés: “Si tu presencia no ha de ir con nosotros, no nos saques de aquí (Ex.33:15).
Quizá no lo veas. Quizá no lo sientas. Pero Dios está contigo. Entonces, ¡adelante, sin temor alguno, que Jesús nos ve!
* Pastor en la Iglesia Cristiana Interdenominacional, A.R. ser@iciar.org
Comentarios Cerrados