¿Quién ordenó el mundo astronómicamente y a la tierra con su Naturaleza geográfica?
En todo eso está la especie mayor, es el humano. Con la Naturaleza, su mejor capital, a su disposición total. El humano tiene inteligencia, piensa, razona y decide. En un principio vivió libremente, sin leyes humanas; sólo debió regirse por las leyes de la Naturaleza. ¿Qué pasó? La humanidad creó el desorden, alterando la vida y el Medio Ambiente. Hizo de la vida un riesgo; el de la muerte. Habitando tierras de sismos, de elevados volúmenes de agua, con inundaciones. Y agreguemos el Cambio Climático. Es tragedia.
México no es distinto al mundo, Portugal con Madeira; Estados Unidos, en Nueva Orleáns, Perú o Indonesia. Los humanos han hecho inhabitable el Planeta. Aquí nos desgarramos las vestiduras con las inundaciones del valle de México, del gran exlago. Políticos y gobernantes culpando a los habitantes por vivir en zonas de asentamientos elevados de agua llovediza; una tormenta y es tragedia. José Luis Luege, director de la Comisión Nacional del Agua, recrimina a gobiernos anteriores. Por permitir los asentamientos humanos. Como los de Chalco. Y no es descabellado. Si de eso se trata, el mal es de origen prehispánico, es de la colonización española y de los actuales gobiernos. Los mexicas invadieron el lago, la señal divina fue el nopal, un águila y una serpiente. Fundaron Tenochtitlán. Los españoles secaron la ciudad.
El titular de Conagua, el secretario de Medio Ambiente, saben que prehispánicamente había grandes inundaciones. Que hubo un gran rey, con dotes de ingeniería hidráulica, llamado Netzahualcóyotl. El primer gran constructor de canales, para traer agua y para desalojarla. Su obra sobrevive con el gran Canal del Desagüe por gravedad, el cual se ha ampliado, con Porfirio Díaz. Con los nuevos gobiernos. Sacar toda la mancha urbana del valle de México, con sus más de 20 millones de habitantes, es utopía. Lo que debe hacerse es usar la inteligencia, la ingeniería y construir los nuevos canales, renovar los viejos ductos. Más obra y menos demagogia. Y orden urbano. Y más trabajo sobre Medio Ambiente.
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