Si el agua es un recurso renovable ¿por qué el mundo enfrenta una crisis hídrica?
Por Ana Herrera @ecohistorias
De acuerdo a la Organización no gubernamental Plan Internacional, alrededor de 4.000 niños mueren cada día por enfermedades relacionadas con la falta de acceso a agua potable, como la diarrea, el cólera, la disentería y el tifus.
En países en desarrollo, mujeres y niñas de todo el mundo pasan diariamente 125 millones de horas recogiendo y portando agua; además en África y Asia recorren distancias de más de seis kilómetros cargando un peso de más de 20 kilos.
Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ocho de cada diez personas que viven en áreas rurales presentan dificultades para tener acceso a ella, esto equivale a 663 millones de personas en el mundo. La ONU también afirma que un tercio de la población mundial vive en países que sufren la falta de agua y para 2025 esta cifra aumentará a dos tercios.
Las consecuencias del cambio climático también afectan la obtención de este recurso; por un lado existen largas temporadas de sequías, por otro lado se intensifican tormentas y huracanes que saturan zonas de un líquido vital que se desperdicia y que además limita las capacidades de la tierra por la erosión.
México, con toda esa maravillosa biodiversidad que lo distingue a nivel mundial, ocupa el lugar 106 de 122 en el tema de calidad de agua. Además, de acuerdo a Greenpeace, el 70 % de sus ríos y otros afluentes están contaminados en algún grado, lo que afecta el nivel de disponibilidad de este recurso renovable.
El agua es un elemento que ocupa 75% del planeta tierra; tres cuartas partes son agua y el resto es tierra; 97% del agua es salada, es decir es agua de mar. Únicamente el tres por ciento es agua dulce; uno por ciento se encuentra en forma de hielo en los polos y los glaciares, uno por ciento en ríos lagos, lagunas y marismas de las costas y el otro uno por ciento se ubica en las aguas subterráneas o freáticas.
Estas cifras ejemplifican la drasticidad del problema de la distribución de agua en el mundo, y específicamente en la Ciudad de México (CDMX), una de las metrópolis más grandes del mundo.
Hace dos semanas en la CDMX se suspendían actividades por la intensidad de vientos, frentes fríos y lluvias y hace una semana se brindaba transporte gratuito para combatir el ozono en la densa capa de contaminación que afecta la salud de sus casi 9 millones de habitantes.
A pesar de que hace no más de 700 años la ciudad fue creciendo en el centro (y secando) un sistema de lagos que se nutría por el cauce de más de 70 ríos, actualmente sólo sobrevive un río que no es aprovechado en su capacidad. En cambio, se toma prestada el agua de otras cuencas como las provenientes del río Cutzamala y del río Lerma para satisfacer la gran demanda de este líquido.
Este martes 22 de marzo se celebrará el Día Mundial del Agua, dentro de un contexto complicado, alrededor de una Ley controversial que ha sido detenida pero que requiere de hacer valer todas las voces en torno a un tema que nos compete a todos, independientemente de las profesiones, intereses o clases, la crisis del agua es un tema inherente a la misma condición humana.
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