Los agobiantes calores que se vienen registrando en el Valle de México, cuyo termómetro alcanza los 26 a 27 grados centígrados por la tarde en las últimas semanas, similares a los de inicio del verano pasado, son sólo preámbulo de lo que podría acontecer en el próximo invierno, a causa de la presencia del fenómeno El Niño.
El Niño, junto con La Niña, son los dos fenómenos meteorológicos más trascendentes para el vida y el clima. Ambos tienen una duración indeterminada que puede ser de unas semanas a varios años. Según reporte emitido a finales de septiembre por la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat), el fenómeno de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) estaba en su fase neutra, un periodo cálido relativamente corto y débil que podría registrarse en lo que restaba de septiembre o en octubre y mantenerse durante el invierno 2012-2013, de acuerdo con la estimación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El ENSO es un fenómeno climatológico con dos facetas: El Niño, que surge cuando la temperatura superficial del Océano Pacífico tropical es superior al promedio histórico, y su contraparte, La Niña, que se presenta cuando esa temperatura es inferior a la media. Ambos tienen profundos efectos sobre el clima a nivel mundial y normalmente duran entre ocho y 12 meses, aunque el periodo completo del ENSO puede prolongarse entre tres y siete años, precisó la Semarnat. Especialistas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), consideran que no será excepcional el impacto que tendrá el ENSO en México pues se prevén frentes fríos, temperaturas y lluvias cercanas al promedio histórico. La presencia de ambos fenómenos climatológicos en nuestro país ha sido muy negativa, sobre todo para el sector agropecuario, dado que el 80 por ciento de la tierra labrable corresponde a cultivos de temporal que dependen de las lluvias. Cuando aparece El Niño, simbolizado por la sequía, y se extiende, algunas veces hasta por siete años, recuerda el pasaje bíblico de “siete años de abundancia y siete de escasez”.
En tales circunstancias, México recurre al ciclo agrícola Otoño/Invierno que es más estable por desarrollarse en tierras de regadío, en especial, en los graneros del noroeste nacional. Actualmente, los impactos de una baja producción no son catastróficos para la población urbana, al disponer de los alimentos y básicos necesarios, a través de las importaciones, parte clave del mundo globalizado. No sucede lo mismo con las poblaciones rurales donde, además de productores son consumidores y por razones de desequilibrios en la comercialización de estos básicos, los pagan más caros en el mercado. El SMN adelantó que, de septiembre a noviembre, impactarían a México 16 frentes fríos. Para toda la temporada invernal, que abarca de noviembre de 2012 a marzo de 2013, estimó que se registrarán alrededor de 40 frentes fríos, cifra que se ubica dentro del promedio histórico correspondiente a esos fenómenos. En cuanto a heladas, pronosticó que las regiones más afectadas serán las zonas altas de Chihuahua y Durango y la región centro del país, que incluye a los estados de México, Tlaxcala y Puebla, aunque con menor frecuencia que en las condiciones normales.
En conjunto, el sistema océano-atmósfera está en condiciones neutras (ni Niño ni Niña), pero existen más probabilidades de que se desarrolle una fase cálida, de acuerdo con el reporte de la OMM. De ser así, se estima que el fenómeno será débil y finalizará en el invierno 2012-2013. Anteriores eventos de El Niño, surgidos durante el otoño y el invierno en el hemisferio norte, han sido asociados, entre otros efectos, a condiciones más secas de lo normal.
Efectos en la salud
Uno de los efectos colaterales de estos cambios atmosféricos es, sin lugar a dudas, un aumento en la radiación solar que en el Valle de México se registra como “muy alta”, de acuerdo al índice de rayos ultravioleta (UV).
Por ello, el Sistema de Monitoreo Atmosférico (Simat) recomienda a los capitalinos utilizar crema protectora con factor solar 30 o mayor, prendas de manga larga, lentes y gorro o sombrero.
Recordó que permanecer largos periodos expuestos al Sol podría provocar cáncer en la piel, daño a la vista y posibles quemaduras de primer grado. r
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