Sustentabilidad

Agua y metal, esencia sustentable de La Costeña

Durante la presentación de sus avances sustentabilidad, la planta industrial de La Costeña, ubicada en Ecatepec, Estado de México, se informó que ha desarrollado acciones para que desde sus insumos (chiles, frijoles, frutas) sean de alta calidad, al igual que sus latas, para que los productos mantengan frescura y sabor por varios años, lo que se suma al reciclaje del 100% del agua que usa en sus procesos.

Esta empresa tiene 5 plantas industriales, ubicadas en México, Estados Unidos y Chile, con presencia en más de 50 países y una futura expansión a Australia.

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Edgar Ríos, director técnico de la planta La Costeña, comentó que los envases son vitales para conservar los productos, ya que en la actualidad se busca que sean inocuos y carezcan de conservadores para preservarse en los anaqueles, por lo que ha realizado diversos estudios con latas de 10 años y siguen conservando su sabor, frescura y calidad, pero por política interna sólo se les da una vida de anaquel y venta de 4 años.

Explicó que la hojalata utilizada en las latas de sus productos tiene la cualidad de ser reciclable y al desecharse, en 10 años se comienza a desintegrar y reunificarse al subsuelo. Lo único pendiente del reciclado ambiental es la película de plástico con que se revisten por dentro las latas, utilizada para que en casos de abolladura, los alimentos no entren en contacto directo con la hojalata.

Esta empresa fabrica sus propias latas, a excepción de las abre fácil, cuyo proceso de terminado tarda unas 20 horas y su costo aumenta 30%, mismos que absorbe la empresa, y que suman 1,100 millones de botes al año y unos 2,600 millones de tapas.

Los compuestos que protegen el interior de la lata permiten que los productos se enlaten crudos, se manden a cocción para, posteriormente estabilizar y distribuirlos a los puntos de venta, lo que le diferencia de una lata de aluminio es que no soportaría estas presiones. El compuesto químico del interior de la lata tiene la ductilidad de no romperse en caso de abollarse, dijo.

Otro ahorro ambiental de este metal es que desde hace 20 años se redujo el 20% del espesor del envase. “La Costeña consume 80 mil toneladas de hojalata anualmente y presenta una merma en el proceso industrial del 15%, con un récord de producción de 5.5 millones de piezas en un día”, comentó.

Por su parte, Arturo Sandoval Villafranco, jefe de la planta de tratamiento de aguas de La Costeña que funciona desde 2001, comentó que el agua que se recibe de primera instancia se utiliza en los procesos de limpieza de los chiles, frijoles, etc., para acarrear desechos como semillas, adherentes de grasas y agua que se usa en la limpieza de maquinarias y, como si se reciclara, no se mezcla con agua negra. Se tratan unos 3 mil metros cúbicos de agua diariamente en estas instalaciones.

Dijo que el sistema que utilizan para sanear el agua es el microbiológico que desecha contaminantes del recurso y baja su pH para que estas bacterias continúen su labor de saneamiento.

Para ello, se apoya con calderas que tienen una batería de filtros para atrapar micras de carbón para limpieza, membrana y luz ultravioleta que elimina microorganismos, como parte del proceso de ósmosis inversa para desaturar el sistema.

La Costeña tiene 3 fases de almacenamiento en estas instalaciones donde usa tecnología suiza que eficienta el manejo anual de un poco más de 120 mil toneladas de productos.

Para mayor información: www.juancarlosmachorro.blogspot.mx

Acerca de Juan Carlos Machorro

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