Sustentabilidad

Amenaza Hambruna

Por Luis E. VELASCO YÉPEZ

*Hay que llegar a cero pérdida de suelo agrícola antes del 2030

*Incorporar 600 millones de Ha. Cada año, a partir de esa fecha

*Sólo así se podrá alimentar a 9,000 de personas en el 2050

Cada año se pierden 418 millones de hectáreas de suelo de cultivo agrícola en el mundo, por lo que, en la actualidad, 75 por ciento de esa superficie se encuentra degrada y para el 2050, se incrementará al 90 por ciento. Lo que definitivamente resulta espeluznante, pues precisamente a mitad del presente siglo, la población mundial llegará a 9,000 millones y entonces se requerirá que se produzca 175 por ciento más alimentos que en la actualidad.

Lo anterior fue dado a conocer, el pasado 5 de diciembre en que se celebró el Día Mundial del Suelo 2018, por el Centro Común de Investigación (JRC, por sus siglas en inglés), de la Comisión Europea. Agrega el ente que para el 2050 existirán más de 700 millones de personas desplazadas o expulsadas por sus tierras magras.

Con el suelo que se pierde cada año se dejan de cosechar más de 10 millones de toneladas de granos. Si a esto no se le pone frene, a la humanidad le esperará la hambruna para el 2050.

La situación es verdaderamente inquietante, porque el problema de la pérdida de suelo de cultivo que se tiene que acabarse. A partir del 2030 no debiera existir eso. Entonces se debe tener cero pérdida de suelo y, además, a partir de ahí, cada año se deben incorporar al cultivo de alimento, 600 millones de hectáreas de nuevo suelo sano, más. Sólo de esta forma, se podrá estar preparado para producir los alimentos que se requerirán para el 2050.

La empresa no es fácil, sobre todo si se toma en cuenta que el suelo se encuentra muy amenazado por todas actividades humanas. Tales como las aguas negras sin tratamiento, plástico y miles de químicos que contaminan el suelo de cultivo.

Otra amenaza del suelo rico en nutrientes es la erosión hídrica, eólica, física y química. Otra más, como la implacable desertificación que avanza cada vez más.

Bueno, como si lo dicho no fuera suficiente, hay que explicar que el suelo de cultivo, rico en nutrientes se degrada porque pierde su limu; una delgada capa de tierra de una pulgada, más o menos. Cuando esa capa de tierra desaparece, el suelo deja de ser útil para el cultivo y para recuperarlo se requieren décadas y mucho dinero que nadie quiere invertir.

Hay que poner en relieve que, sin la mano humana y los recursos económicos suficientes, la Naturaleza tarda hasta 500 años en recuperar esos suelos degradados.

El limu se pierde con la lluvia. El agua arrastra esa capa de tierra hacia los lagos, lagunas, presas, embalses y ríos. Pero como por lo general ya no existen las grandes inundaciones que se daban hace muchísimos años, esos nutrientes ya no regresan a donde pertenecen. Así que se convierten en sedimentos que acaban con la vida útil de los depósitos de agua.

Otra forma en que se pierde el limu es a través del viento. Por ejemplo, en México, se manejaba oficialmente que cada año se perdían 1,350 millones de toneladas de esa tierra rica en nutrientes. A nivel mundial, la pérdida llega a 77 mil millones de toneladas.

Según algunos científicos, los costos económicos por el suelo que se pierde cada año, rebasa los 45 mil millones de dólares. Así que el costo rezagado es muy grande.

DÍA MUNDIAL DEL SUELO 2018

Cerca del 33 por ciento de todos los suelos de la Tierra están degradados; su estado se está deteriorando a un ritmo alarmante, advirtió la directora general Adjunta de la FAO, María Helena Semedo, en la Ceremonia del Día Mundial del Suelo celebrada en la sede del Organismo de la ONU en Roma. El suelo –añadió- actúa como un filtro para los contaminantes. Pero cuando se supera su capacidad amortiguadora, los contaminantes pueden llegar al medio ambiente y la cadena alimentaria. Esto socava la seguridad alimentaria, al hacer que supongan un riesgo consumir esos cultivos.

A medida que se acelera el progreso tecnológico, los desechos electrónicos se consideran una nueva amenaza emergente para los suelos. Cada año se generan 50 millones de toneladas de residuos electrónicos, que se han convertido en uno de los problemas de contaminación de mayor crecimiento del mundo que afectan a nuestros suelos. La FAO alienta a donar o reciclar los aparatos viejos, en lugar de tirarlos.

Agregó que se necesitan medidas urgentes para abordar la contaminación del suelo y contener las múltiples amenazas que representa para la inocuidad y la seguridad alimentaria global.

Miles de productos químicos -que se producen comercialmente a gran escala-, residuos plásticos y electrónicos o las aguas residuales no tratadas pueden convertirse en fuente de contaminación del suelo, preparando el camino para que los productos contaminantes entren en la cadena alimentaria, con graves consecuencias para la salud y el bienestar de la población.

En general, las actividades humanas son la principal fuente de contaminación del suelo. Está en nuestras manos adoptar prácticas para una gestión sostenible del suelo.

Al mismo tiempo, Semedo hizo un llamamiento a los países para que aumenten de forma significativa la inversión en suelos sanos, señalando que mantener suelos saludables ayuda a garantizar alimentos inocuos y nutritivos y es esencial para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Hambre Cero.

MÉXICO EN BLANCO

Por lo que toca a México, hay que poner en relieve que, de sus 190’981,850 hectáreas de macizo continental, 122’222,384 hectáreas se encuentran degradas, de leve a extremo, según datos que manejó recientemente la Comisión Nacional Forestal.

Tal parece que a las autoridades medioambientales federales se encuentran más preocupadas en cambiar a la secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la ciudad de México a Mérida, por lo que se olvidan de trabajar para lo que fueron designados. Y por cierto no nos enteramos de que hayan celebrado el Día Mundial del Suelo.

Ojalá que conforme pasen los años, la titular de la SEMARNAT, la abogada con maestría en arte transformativo Josefa González Blanco Ortiz Mena (famosísimos los Ortiz Mena en la política mexicana), pueda hacer algo para mejorar la situación medioambiental crítica del país.

Se necesita un titular de la Semarnat conocedor de la materia, con vocación y experimentado, pues de lo contrario, poco o nada podrá hacer para mejor la situación medioambiental del país, cuyos costos por degradación y agotamiento de capital natural rondan un billón de pesos anuales.

Hay que recordar que solamente la degradación del suelo, en México, tiene un costo de 90’056,000 millones de pesos por año. Cada año cuesta más este problema que se atendió muy poco en sexenios pasados, dado que es muy caro la recuperación de suelos. Además de que es prácticamente un trabajo subterráneo y por ende no da votos ni popularidad.

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