En relación a la muerte del ejemplar hembra, en edad reproductiva de vaquita marina que murió horas después de ser capturada para su reproducción en el programa vaquita CPR, las organizaciones Centro para la Diversidad Biológica, Greenpeace, Comarino, Defenders of Wildlife de México, Teyeliz, A.C. informaron que:
La efectiva protección de la vaquita marina necesariamente pasa por una mayor vigilancia del uso legal e ilegal de redes de pesca en la zona y la presentación de alternativas reales para las comunidades, obligaciones que la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) ha eludido.
Es necesario que el gobierno garantice de una vez y por todas que el área de refugio de la Vaquita esté libre de redes, de cualquier tipo o pesquería y de manera permanente, dada la emergencia que se enfrenta en estos momentos, ya que el propio Vaquita CPR ha demostrado que la vaquita puede reproducirse en su hábitat de manera natural, y que de haberse tomado las medidas adecuadas a tiempo, no tendría que lamentarse los hechos ocurridos ayer.
El gobierno mexicano debe suspender el programa de inmediato a fin de replantear los protocolos de trabajo de dicho programa tal y como miembros del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA) dijeron que ocurriría en caso de que un animal muriera.
Es necesario que se transparente el protocolo de captura, traslado y mantenimiento en cautiverio, así como los resultados de la necropsia y estudios realizados a la hembra muerta, y de salud de la cría capturada y liberada previamente, así como las medidas que se tomaron para garantizar su reintegración con su madre y supervivencia post-captura.
Desde un comienzo del programa de vaquita CPR se sabía del riesgo agravado por la reducida cantidad de ejemplares sobrevivientes. Estos riesgos comprendían que los ejemplares podrían no adaptarse al traslado o cautiverio y con ello morir. Sin embargo, es necesario ahora analizar si estos riesgos pueden o no minimizarse como para continuar con el programa de capturas.
Tal como lo manifestó el CIRVA en su comunicado de este domingo, esta situación es el resultado de nunca haber detenido la pesca de Totoaba en el hábitat de la vaquita y de medidas insuficientes y mal implementadas. En este sexenio el 72% de las vaquitas han muerto, al pasar de 97 ejemplares en 2017 a 27 en 2017. La reducción acelerada de la población de esta especie llevó a la implementación de este programa.
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