Organizaciones ambientalistas consideraron un avance significativo para la protección de la biodiversidad el anuncio del gobierno federal sobre que a finales de este mes estarán listos el Programa de Manejo del Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam y el decreto de la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano.
Sin embargo, para el caso de Yum Balam, donde se encuentra la isla de Holbox, es preocupante, después de 22 años de esperar por su Programa de Manejo, que ahora tanto la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), lo quieran expedir sin que se haya cumplido con todas las obligaciones legales que impone el procedimiento administrativo. En particular, es preocupante que no se garantice la consulta pública.
El Centro para la Diversidad Biológica, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y Greenpeace señalaron que si bien contar con estos instrumentos legales es un paso en la dirección correcta, no es suficiente para garantizar la protección de los recursos naturales y pareciera sólo un intento del gobierno federal para «lucirse» durante la décimo tercera Conferencia de las Partes (COP13) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) que se celebrará en Cancún del 4 al 17 de diciembre. Aprobar con premura y sin consulta los programas de manejo, los coloca en un grave peligro de convertirse en letra muerta.
A tres semanas del inicio de la COP13, la Conanp presentó los borradores de ambos documentos que estarán disponibles para su consulta y comentarios los próximos diez días, lo que demuestra la premura del gobierno federal para contar con acciones en papel para presumir ante la comunidad internacional más que actividades reales para la protección de la biodiversidad como una prioridad de la política pública.
En el caso de Yum Balam, el Área Natural Protegida, que integra las comunidades de Holbox y Chiquilá en Quintana Roo, lleva 22 años sin un plan que regule las actividades dentro de la zona, lo que ha ocasionado una fuerte presión para los ecosistemas por la construcción de desarrollos turísticos y el deficiente manejo de residuos sólidos. Estas problemáticas no van a resolverse sólo con prohibir nuevas edificaciones así como la entrada de PET y unicel a las islas, como lo presentó ayer la Conanp.
El plan de manejo propuesto prohíbe grandes desarrollos hoteleros y campos de golf pero permite la construcción de palafitos, ante lo cual las organizaciones señalaron que, en este tema, la autoridad ambiental debe ser clara y establecer el número de construcciones de este tipo que soporta el área sin que sufra daño, así como incluir el tratamiento de aguas negras y alcantarillado, un tema pendiente en toda la Riviera Maya, en especial en Yum Balam.
Yum Balam es un ejemplo de los daños que puede sufrir un Área Natural Protegida si no se tienen Programas de Manejo que delimiten las capacidades de carga y actividades permitidas para la protección del ecosistema. Es por ello que para la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano se necesita, además de la publicación del decreto, la aplicación inmediata de un plan integral de gestión de la zona, que protegerá 5 millones 754 mil 55 hectáreas que incluyen zonas arrecifales, fondos marinos profundos y lagunas costeras así como áreas terrestres de humedales y zonas costeras.
Las organizaciones señalaron que este programa de manejo no puede esperar dos décadas y necesita abordar las amenazas actuales al Caribe mexicano para lograr una verdadera protección de los recursos oceánicos; incluyendo también la prohibición de la exploración y explotación de hidrocarburos en la zona y la planificación del impacto de la industria turística en el área para evitar presiones como las que tiene el Golfo de México. Sólo estas políticas integrales permitirán a nuestros océanos amortiguar el cambio climático y que la temperatura del planeta se mantenga por debajo de los dos grados centígrados en los próximos años.
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