Ante la próxima llegada de las fiestas decembrinas, que arrancan el próximo 20 de noviembre, centros y locales comerciales se llena de Arboles de Navidad naturales listos para ser vendidos y adornar los hogares.
Además de ser un adorno, estos árboles son una opción de desarrollo social, empleo y sustentabilidad en zonas naturales del Valle de México en comunidades de Tlalpan, Magdalena Contreras, Tláhuac y Milpa Alta, donde se refleja el esfuerzo de comuneros que usan sus tierras para producirlos y evitar la expansión de la mancha urbana.
Este tipo de proyectos cuenta con el apoyo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) para detener la mancha urbana y dar empleo, desarrollo social y ambiental en el Distrito Federal y Estado de México, particularmente en el Ajusco, Amecameca y Valle de Bravo.
En visita a la comunidad de San Miguel y Santo Tomas Ajusco, en el ejido de Lomas de Tepemécatl, Delegación Tlalpan, el gerente estatal de la Conafor en el DF, Gustavo López Mendoza, comentó que en esta comunidad, donde se ubica el centro piloto de Arboles de Navidad, es un sitio donde Conafor y la asociación de poco más de 60 comuneros locales trabajan en 121 hectáreas para producir 180 mil árboles que están listos para su venta en esta temporada decembrina.
Mencionó que son oyamel o pino ayacahuite que tardasn entre 6 a 9 años ponerse a la venta; programa que se busca ampliar, ya que se tiene potencial de entre 500 a 1,000 hectáreas que pueden destinarse a ese tipo de plantaciones.
“En México, se consumen entre un millón 800 a 2 millones de árboles navideños, de los cuales la producción mexicana es de 850 mil; el resto se importa, de ahí tratar de detonar este potencial entre comunitarios y autoridades, especialmente en el Valle de México que consume el 60% de la oferta”.
Actualmente, se promueve la visita a estos predios para conocerlos, visitar el centro comercial, cortar su propio árbol en las comunidades y disfrutar un rato de la Naturaleza de las zonas periféricas de la capital.
Sobre el vivero que se ubica en esta comunidad, indicó que está instalado desde 2013 y tiene un huerto semillero de especímenes de alta calidad. De las 10 hectáreas que aún existen de oyamel se seleccionaron 35 árboles padre que acaban siendo el centro generador de germinados para futuras reforestaciones –ejemplares que se caracterizan por su competitividad, tronco derecho, semilla abundante y altura.
Estos árboles demandan características especiales, como suelos profundos, mucha humedad, barrancas, etc., proceso que podrá replicarse en otros ejidos capitalinos y en el país.
Benito García, ejidatario local, indicó que se requiere fomentar la compra de estos árboles para completar la cadena de cultivos, cuidado forestal y empleo a las comunidades, que se espera este año mejore. En la actualidad, cultivan un 50% para su venta y para ser más rentable se debe aumentar ese porcentaje para que en una década de trabajos se obtenga un mayor rendimiento.
Hay satisfacción personal de conservar los suelos y que las tierras sigan siendo verdes sin presencia de la mancha urbana. “Estregamos vida, cuerpo y alma, dando todo el tiempo que requiere el bosque”, por lo que pidieron que los medios de comunicación difunda su labor para que los mexicanos compren lo cultivado en suelo azteca.
En el DF, las plantaciones forestales especializadas en la producción de Arboles de Navidad se han convertido en una alternativa de uso del suelo sin provocar pérdida del mismo y es una alternativa a la agricultura tradicional.
Sin embargo, México aún importa, cada año, de Estados Unidos y Canadá alrededor de un millón, de los casi un millón 600 mil árboles naturales que se comercializan en esta temporada, lo que representa una fuga de divisas.
Para mayor información y poder adquirir estos árboles, se invita al público a visitar esta comunidad que se localiza en el kilómetro 12.5 de la carretera Picacho-Ajusco, al sureste de la capital, llegando por Periférico. Teléfonos: 5846-2599, 5846-3302, donde además de cortar su propio árbol se pueden saborear alimentos típicos y gozar juegos temáticos infantiles.
COCOON, NUEVO ESQUEMA DE REFORESTACIÓN
La Conafor realiza pruebas piloto del sistema holandés Cocoon (capullo en español), que es una caja de cartón biodegradable que se entierra alrededor de una plántula, bañada con 22 litros de agua, hongos y nutrientes que le brindan una supervivencia superior del 90%, que es un sistema de calidad probada en más de 10 naciones.
Tecnología que Conafor busca difundir y masificar en reforestaciones nacionales para aumentar la supervivencia del arbolado. En aplicación piloto con 1,000 unidades, aplicadas en el exLago de Texcoco, las plantaciones pasadas no sobrevivían en un 5% y las primeras plántulas con este sistema de protección está arriba del 90%.
Esta tecnología que es de un costo de 8 dólares por cajón, se estima que poco a poco baje de costo y que en México alguna empresa lo replique con costos más baratos para mejorar estos sistemas de conservación de productividad y eficiencia en plántulas.
López Mendoza dijo que este sistema es adaptable a ecosistemas muy extremos y permite que las plantas subsistan y sean plantadas sin importar la época del año, ya que al tener guardada el agua sobrevive de mejor manera. Reiteró que el cartón se adapta al suelo de forma natural en un par de años y el agua que resguarda permite regular su clima, lo que crea su microclima.
Necesidad en producción nacional
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Las plantaciones forestales de Arboles de Navidad representan una alternativa de ingreso para los dueños y poseedores de terrenos con vocación forestal.
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Es necesario incrementar su producción nacional, a fin de reducir o evitar la fuga de divisas por la importación de este producto.
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La producción de Arboles de Navidad permite generar empleos en las áreas rurales y una derrama económica colateral, derivada de otros servicios.
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Las plantaciones dan un uso sustentable y productivo al suelo, generando con ellos polos de desarrollo rural regional.
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