El estudio más reciente del ‘Estado de la Calidad del Aire’, el cual fue realizado por la Asociación Americana del Pulmón, reveló que durante el 2017 la contaminación por partículas disminuyó respecto a los niveles que se registraron en el periodo 2014 – 2016 en Estados Unidos.
Sin embargo, la contaminación por ozono en 53 condados rebasó los límites permitidos debido al alza en las temperaturas ambientales, elevando así el riesgo de muertes prematuras y otras afecciones de salud como el asma, cáncer o padecimientos cardiovasculares. La proyección del estudio indica además que a estas afecciones se exponen cerca de 35 millones de estadounidenses, quienes son los habitantes de estas zonas catalogadas como “riesgosas”.
De acuerdo a una investigación de Catalina Lara de la organización latina LatInformation, estas cifras no hacen más que reiterar el llamado a la acción ciudadana para la mitigación climática. Ya que es bien sabido que los principales agentes de cambio son las personas capaces de tomar conciencia del entorno y que logran movilizar causas a nivel local para la obtención de resultados que permitan mejorar la calidad de vida de una comunidad, ciudad y hasta de un país entero.
La contaminación por ozono sigue aumentando en Estados Unidos y se mantiene como una amenaza latente para la salud y calidad de vida de los americanos. Y, por cierto, esta realidad no dista mucho de lo que ocurre en otros países del mundo. Las noticias sobre el cambio climático y sus consecuencias nefastas para el planeta y sus habitantes parecen ser lo cotidiano.
Por ello, con este reporte la Asociación del Pulmón hizo un llamado al Congreso y a la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) para combatir con mayor fuerza las amenazas existentes al aire y su calidad.
Algunas de estas amenazas se relacionan con cambios que se han discutido en el Parlamento para debilitar la Ley de Aire Limpio. Según los expertos, es hora de que el Gobierno de Estados Unidos, sus autoridades y la EPA empujen en conjunto el Plan de Energía Limpia para así limitar la contaminación por carbón y abordar de forma más decidida el cambio climático.
“La Ley de Aire Limpio ha salvado vidas y mejorado la salud pulmonar durante casi 50 años”, dijo Harold P. Wimmer, presidente y CEO de la Asociación Americana del Pulmón. “El Congreso y la EPA tienen la tarea de proteger a los estadounidenses, proteger el derecho a respirar aire que no enferme, ni haga morir a las personas prematuramente. Instamos al Presidente Trump, al administrador de la EPA, Scott Pruitt, y a los miembros del Congreso a financiar, implementar y hacer cumplir plenamente la Ley de Aire Limpio para todos los contaminantes, incluidos aquellos que actúan como promotores del cambio climático y dificultan la consecución de un aire saludable para todos”.
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