Sustentabilidad

Biopiratería, saqueo de saberes indígenas

Desde el colonialismo, los “conquistadores” de América han expropiado el conocimiento indígena sin pagar regalías. “La investigadora mexicana Alicia Barbas describía en 2016 que 7 mil de las medicinas más usadas en el mundo provienen de los conocimientos botánicos y de plantas de los pueblos indígenas del planeta”, reveló Gustavo Lins Ribeiro, antropólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), campus Lerma, al oriente del Valle de México.

Su exclusión –de los indígenas- como participes en la generación del desarrollo científico ha sido invisibilizada. Por ejemplo, Russell Marker consolidó en 1956 Syntex, la proveedora de esteroides más importante del mundo gracias a que 15 años antes encontró un libro de botánica en donde se representaba la “cabeza de negro o barbasco”, una planta originaria de Veracruz que es fuente de sapogeninas, productoras de grandes cantidades de esteroides, así lo describe el artículo sobre el Barbasco.

“Hoy en día los proyectos de desarrollo solo confirman el racismo presente entre en los encuentros de élites que se creen técnica y políticamente superiores a estos pueblos”, comentó el doctor en Antropología por la City University de New York.

El doctor Ribeiro, agregó que este robo de conocimiento indígena realizado desde el colonialismo solo ha generado una desconfianza legítima en los pueblos indígenas, sobre todo en aquellos que poseen liderazgos críticos y activos por lo que evitar la biopiratería es una obligación primordial para cualquier proyecto.

Así, la inclusión entre prácticas y saberes tradicionales con la ciencia y el desarrollo tecnológico requiere en gran medida eliminar posiciones racistas o discriminatorias que promueven la idea de que los pueblos indígenas son inferiores al mundo y la cultura occidentales, comentó.

Explicó que “cambiar esta percepción requiere de mucha habilidad y desapego con relación a los cánones etnocéntricos (ideas con las cuales las comunidades vemos el mundo) que orientan las acciones de los actores desarrollistas típicos”.

Finalmente, establecer un marco para la inclusión de conocimientos y prácticas tradicionales en el desarrollo de las tecnologías requiere contemplar cuatro conjuntos de problemas: una histórica desigualdad de poder, problemas cognitivos y de inteligibilidad, los participantes, problemas de escala y políticos.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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