Conal David True, coordinador de la Unidad de Biotecnología en Piscicultura (UBP) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y líder de un proyecto de reproducción y crianza de totoabas, tiene como objetivo el repoblamiento de esta especie, en peligro de extinción, en el Golfo de California.
“Durante los últimos veinte años, el proyecto ha ido adaptándose y se han generado vertientes de acción sobre la reproducción y crianza de la totoaba; la primera se enfoca en la selección genética de la especie en estado silvestre, mientras que la segunda en desarrollar especímenes de engorda para acuicultura”, explicó.
.Una de las estrategias para el repoblamiento de la especie que opera la UBP es la conformación de una red de centros de reproducción y crianza de totoaba en puntos de distribución natural, mediante la operación de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) que permiten el aprovechamiento sustentable de la especie.
Indicó que “la UABC ha venido impulsando el desarrollo de una cadena de acuicultura a la par de sus esfuerzos por repoblar la totoaba en el alto Golfo de California; la idea es tener más de una UMA que pueda recibir crías de la unidad de reproducción de la universidad”.
Cabe mencionar que es la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la dependencia federal que tiene la facultad de otorgar permisos para operar UMA a organizaciones que demuestren esquemas alternativos de producción compatibles con el cuidado del ambiente, a través del uso racional, ordenado y planificado de los recursos renovables en ellos contenidos.
En la bahía de La Paz, el último punto de registro histórico de distribución natural de la totoaba al sur del Golfo de California, tiene su sede Earth Ocean Farms, una de las empresas que conforman la red de UMA con fines de reproducción y crianza de la especie que está integrando la UABC y que, además, colabora con otras instituciones académicas y de investigación, como el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) y el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar), en programas de transferencia de conocimiento.
La UMA está aplicando las tecnologías acuícolas desarrolladas en la UBP para la crianza de la especie y está innovando con el uso de jaulas sumergibles esféricas para el proceso de engorda de los peces en mar abierto, que son de gran utilidad en el monitoreo de los especímenes.
Las jaulas proveen de grandes ventajas en la generación de conocimiento científico sobre el comportamiento de los ejemplares juveniles en distintas condiciones naturales: temperatura y acidez del mar y los vientos y corrientes marinas, con lo que se determinan curvas de crecimiento, conversiones alimenticias y diferencias de comportamiento en distintas estaciones del año.
“Tenemos acuerdos con diferentes instituciones como el Cibnor, el Cicimar y la UABC, en donde nuestras jaulas y cultivos están a la orden para hacer cualquier tipo de investigación. La engorda de la totoaba, por ciclo completo, en jaulas de alta mar es una actividad nueva; todos los días hemos estado aprendiendo sobre la especie y nos ha dado gratas sorpresas, como crecimientos espectaculares, pero también hay problemas asociados a los cultivos, esto ha permitido que conozcamos cuáles son las fortalezas y debilidades de esta especie”, mencionó el director general de Earth Ocean Farms y especialista en acuicultura, Pablo Konietzko.
“Estas jaulas nos proveen de ciertas ventajas; esta zona es golpeada por huracanes, tormentas tropicales y otro tipo de fenómenos naturales, el hecho de que las jaulas se puedan sumergir de ocho hasta 10 metros nos permite librar cualquier inclemencia del océano. También son a prueba de depredadores como el tiburón o los lobos marinos, por lo que mitigamos riesgos y generamos mejores expectativas a la hora de cosechar”, detalló Pablo Konietzko.
En el laboratorio facilitan la producción de crías con especímenes reproductores hembras y machos, hacen uso de tanques que simulan las condiciones naturales del mar, llevan un estricto control de temperatura y fotoperiodo —que es la exposición controlada de iluminación—, se evitan los ruidos y vibraciones cerca de los estanques para no elevar los niveles de estrés de los reproductores, y en un estado larvario y juvenil se cuida una alimentación balanceada de los especímenes.
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