Para disminuir los altos índices de contaminación atmosférica, mejorar la calidad de vida e impulsar el transporte alternativo, autoridades gubernamentales de Bogotá, Colombia, llevaron a cabo su décimo quinto Día Sin Auto con lo que dejó de circular más de un millón y medio de autos y, por primera vez, se extendió a las motos, por lo que se mantuvieron inactivas alrededor de 425,000.
Cada primer jueves de febrero se lleva a cabo el Día Sin Auto en la capital colombiana y, tras el éxito obtenido en 2014 y 2015, las autoridades piensan seriamente en imponerlo cada mes, aunque reconocen que es muy atrevido.
El alcalde Gustavo Petro reconoce que ejecutar la medida el 5 de cada mes es atrevido, porque deja de circular 1.5 millones de autos, 425,000 motos, autobuses pertenecientes al transporte público nacional y taxis a gasolina o gas.
Solamente se permite transitar a los ciudadanos en bicicletas a través de 67.5 kilómetros de ciclovía, 392 kilómetros de la red de ciclorrutas, 13 kilómetros de bicicarriles y 4 de bicicorredores y hubo 202 cicloparqueaderos gratuitos.
Sólo circularon las motos que prestan servicio de mensajería, entrega de productos a domicilio, las de la policía y las de atención de emergencia.
Buena parte de la población se trasladó en el TransMilenio, transporte bogotano que sirvió de modelo para que las autoridades del Distrito Federal pusieran aquí, con recursos del excedente petrolero, el Metrobús. Los ciudadanos también se movilizaron en el Transporte Público de Bogotá y en taxis híbridos.
El Día Sin Auto en Bogotá inicia a las 5 de la mañana y concluye a las 19:30, aunque no lo respetaron 182 conductores, entre ellos, 115 de motos y 67 autos.
A cada uno de los conductores de automóviles que no respetaron el Día Sin Auto se les inmovilizó su vehículo y se les multó con 267 mil pesos colombianos. Por lo que toca a los conductores de motocicletas, se les sancionó con 308 mil pesos cada uno.
De acuerdo con informes proporcionados por Petro, únicamente por la mañana, el Transmilenio movilizó a 978,318 individuos, con un incremento del 15 por ciento, comparado con el 2014 cuando trasladó a 850,666.
Por lo que toca al Sistema de Transporte Público de Bogotá, destacó que se transportó a 607,693 usuarios, mientras que en el 2014 fueron 242,878, por lo que tuvo un aumento del 150.2 por ciento.
BENEFICIOS AMBIENTALES
La contaminación por micropartículas disminuyó 23 por ciento, comparado con un día con las mismas condiciones climáticas. Con relación al Día Sin Auto de 2014, la reducción fue de 68 por ciento más. Lo que, sin duda alguna, es de importancia, porque las partículas afectan directamente la salud pública, dado que el sistema respiratorio no las filtra.
Por lo que toca al monóxido de carbono, comparado con un día con las mismas condiciones climáticas, no se registró ninguna mejora, pero con relación al Día Sin Auto de 2014, el beneficio fue mejor en 60 por ciento.
Entre otros beneficios que se tuvieron están la disminución considerable de la contaminación sónica y, desde luego, no hubo congestionamientos vehiculares.
También se detalla que las motocicletas son responsables de la emisión del 30 por ciento del monóxido de carbono y 10 por ciento del dióxido de carbono que, como es sabido, son nocivos para la salud.
DÍA MUNDIAL
Tras una fortísima crisis petrolera, el Día Mundial Sin Auto comenzó a festejarse el 22 de septiembre de 1973, con la finalidad de desincentivar el uso del automóvil y promover medios de transporte más eficientes.
Once años después, Reykjavík, Islandia; La Rochelle, Francia, y Bath, Reino Unido, llevaron a la práctica las primeras jornadas sin autos. El Reino Unido fue el primero en aplicarlo en el ámbito nacional, en 1997.
Es hasta el 2000, cuando la Comisión Europea hace suya esa iniciativa, pero para hacerla más efectiva la transforma en la “Semana de la Inmovilidad”.
CELEBRACIÓN A LA MEXICANA
En el sexenio pasado se habló mucho del Día Mundial Sin Auto, durante la administración del exjefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard Casaubón.
Cómo se recordará, llegan a sus centros de trabajo en bicicleta o se trasladan alguna vez en el Metro. Incluso, se informó que una vez al mes, se trasladarían en bicicleta de sus casas a sus trabajos y viceversa.
Sin embargo, en la primera se les descubrió que dejaban su transporte de lujo a una cuadra de su trabajo para subirse a la bicicleta. Esta mala jugada la hicieron hasta los legisladores del Partido Verde Ecologista, con lo que demostraron que les importa un soberano comino todo lo relacionado con el Medio Ambiente, el entorno y desarrollo sustentable.
A partir de entonces, el festejo del Día Mundial de un Día Sin Auto en la Ciudad de México se convirtió en “chunga” por todos aquellos que debieron poner un ejemplo digno.
CONTROLARÁN VENTA DE AUTOS
Ahora, los asambleístas perredistas pretenden meterse con el negocio de la industria de la construcción y automotriz con la finalidad de contener el crecimiento del parque vehicular en el Distrito Federal, donde, cada año, dejan de circular unos 125,000 carros, porque chocan y quedan inservibles, y otros porque se acabó su vida útil.
Sin embargo, cada año se compran 250,000 ó 300,000 autos nuevos que entran en circulación, con lo que el parque vehicular crece permanentemente.
Ante esta situación, los asambleístas perredistas pretenden hacer modificaciones a reglamentos para que en lo sucesivo, las nuevas unidades habitaciones ya no cuenten con cajones de estacionamiento, aun cuando se establece que 40 por ciento de la edificación debe servir para estacionamiento.
Después prohibirán que los ciudadanos compren automóviles si no tienen dónde estacionarlos en su lugar de morada, como sucede en Tokio desde hace muchos años y, recientemente, en Seúl.
Con esto obligarán a la gente a movilizarte en Metro y Metrobús, pero desgraciadamente, el GDF no cuenta con un transporte público de pasajeros concesionado o del gobierno que sea suficiente, eficiente, puntual, de calidad y seguro para cubrir la necesidad de 9 millones de capitalinos, más unos 13 millones de población flotante, proveniente de los estados aledaños.
Gracias por su apreciable comentario
Si bien es admirable que en Bogotá la ciudadanía haya dejado de usar un día el auto, los ciudadanos debemos reconocer que la Ciudad de México ha logrado en mucho mejorar progresivamente la calidad del aíre y la cantidad de emisiones no un solo día sino los últimos 25 años. Acabo de regresar de Bogotá donde casi todos los carros dejan una intolerable estela de humo parecido al DF de los 70´s. Corolario: me parece preferible el caso del DF donde gozamos todos los días de bajas emisiones que uno en el que se aparente mejorar las cosas por dejar de circular los carros (¿de lado de quien está la «vacilada»?). Es tiempo que los mexicanos aprendamos a valorar nuestros logros del gobierno y de la ciudadanía. Atentamente, un Ciudadano Chilango y Bicicletero más.