Ante los avances nacionales en protección forestal y uso sustentable de este sector, hacen de México un referente para llegar a un mecanismo de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación forestal (REDD+), ya que cuenta con instituciones sólidas y ha promovido el diálogo multisectorial para promover la producción sustentable y la conservación de los bosques y selvas.
Lo cual se reflejó en que en la recién concluida COP20 de la Convención Marco de Naciones Unidas, en donde se presentaron los trabajos de México en sus acciones relacionados con la política de cambio climático y las prácticas vinculadas a REDD+, entre los cuales destacan las metas establecidas para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En el marco de ese evento, México se comprometió, junto con otros siete países de América Latina, a restaurar 20 millones de hectáreas de tierras degradadas para el 2020, esta acción ayudará a reducir las emisiones de carbono de nuestro país, además de que proporcionará oportunidades económicas para las comunidades que habitan los bosques y selvas.
Dichos trabajos están coordinados por organizaciones de la sociedad civil que aplican estrategias basadas en el intercambio de experiencias y multidisciplinario con fuerte compromiso social, en preparación a la puesta en marcha de la Estrategia Nacional REDD+ encabezada por el gobierno mexicano. Incluyen a The Nature Conservancy (TNC), Rainforest Aliance, Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable (ENDESU) y el Woods Hole Research Center. Aunado a la participación del sector público con la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) para la creación de la estrategia REDD+.
Por ello, es que la Alianza México REDD+ destacó por su participación en la COP20 en distintos foros, resaltando el manejo integral de los bosques bajo en emisiones, la participación de la comunidades rurales en el diseño de REDD+, mecanismos para compartir buenas prácticas y beneficios, así como casos de éxito en donde las comunidades locales han implementado actividades productivas sustentables para reducir emisiones de carbono en diversas y distintas regiones de México.
Además, la Alianza México REDD+ presentó sus principales avances desde su lanzamiento en 2011, entre los cuales destacan:
Lineamientos de un modelo conceptual del sistema nacional de salvaguardas sociales y ambientales.
Incorporación el tema de género de manera transversal en políticas de cambio climático.
Asistencia para facilitar el proceso de consenso sobre el sistema de distribución de beneficios de REDD+.
Diseño de un sistema nacional de monitoreo, reporte y verificación (MRV), incluyendo un mapa nacional de biomasa forestal (herramientas para medir efectividad climática).
Provisión de insumos técnicos para las modificaciones de ley relevantes a la estrategia.
Mayor integración del sector agropecuario con una herramienta de Zonificación Productiva y de Conservación.
Se enfatizó la importancia de la transparencia, eficiencia, efectividad, equidad y legalidad de la distribución de los recursos de REDD+. Además, se recalcó la importancia de implementar acciones en campo que detengan la deforestación y degradación, en donde uno de los principales avances se refiere al desarrollo de modelos que incluyan métricas que aseguren que REDD+ cumple con la integridad ambiental y social requerida por la convención, tomando en cuenta el consentimiento previo, libre e informado de las comunidades para implementar estas acciones REDD+.
Además, para fortalecer el intercambio de experiencias y la participación informada de las comunidades rurales y de los diversos sectores; la Alianza México REDD+ presentó el trabajo en educación con escuelas y maestros rurales y comunicación que ha impulsado desde las radios comunitarias, producción audiovisual, redes sociales y el acercamiento de medios de comunicación al trabajo llevado a cabo con las comunidades locales.
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