El Coordinador General del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Humberto Hernández Peralta, en entrevista con Agencia EFE, declaró que la presencia de un fenómeno climático como es El Niño en categoría débil, en México provocará aumento del calor y falta de lluvias en la franja norte del país y en el sureste de la nación se tengan lluvias abajo del promedio que se registran en estas regiones.
Esta oscilación del Niño, que en esta ocasión se cataloga “débil”, significando menos lluvia en estados del norte y otras zonas del sureste; provocando menos lluvias en una franja del país que va desde Oaxaca, Michoacán, Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, situación que igualmente sucederá en Coahuila, Durango, Chihuahua, Sonora.
En el caso de El Niño débil, tendrá una duración de un año, y este patrón no es cíclico, recalcó, no significa que un año es Niño, el siguiente es Niña u neutro, sino que esta situación es variable conforme el calentamiento de las aguas oceánicas.
Definió que “en este momento se puede presentar menos lluvias en algunos estados del país y en el resto sería normal en precipitaciones. Aunado a aumento de temperatura en todo el país en especificó en zonas costeras”.
Pero, dijo que en caso de pasar a ser un Niño “moderado”, afectaría más entidades a las mencionadas con menos lluvia y subiendo más las temperaturas y esto sería una realidad generalizada en el país. En caso de ser fuerte sería el país completo con sequía, pero las previsiones climatológicas indican que el tercer escenario no se presentará.
Declaró que estas perturbaciones del clima, no son una exclusiva de México, sino que el Cambio Climático ha provocado que el planeta presente fenómenos naturales y movilidad de climas antes no conocidos.
Cabe mencionar que De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en los últimos 16 años los daños y pérdidas para México han ascendido a 424 mil 923 millones de pesos; más de 33 millones de habitantes han sido afectados, y 8 mil 164 han fallecido. Siendo los eventos hidrometeorológicos, un 86.6% de los casos que afectan la salud, economía e infraestructura de los mexicanos.
En el caso de los pronósticos diarios y los posibles problemas de tormentas torrenciales, distinguió que el patrón generalizado del clima es un tipo de estudios; pero el reporte diario meteorológica de cada día puede ayudar a comprender y prevenir las lluvias del momento.
Relató que en la Ciudad de México (CDMX), este patrón de altas temperaturas y lluvias torrenciales, seguirá siendo un patrón que se volverá a dar en este 2019.
El SMN tiene confirmado la presencia del fenómeno El Niño débil en México; este fenómeno se conforma porque el calentamiento de la superficie marina en la región ecuatorial del Océano Pacífico, y dicha categoría que mantiene al momento, se prevé continúe en el verano con un 65% de probabilidad, y de 50% durante el otoño.
Puntualizó que los mexicanos deben estar preparados a que en el norte tengan altas temperaturas, poca lluvia y en el centro del país, también se presente más calor.
Declaró que la reciente actualización de los índices oceánicos y atmosféricos realizados por el Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos de América, mostraron que se cumplieron cinco períodos consecutivos de 90 días centrados en los meses de octubre de 2018 a febrero de 2019, con temperaturas de la superficie del mar por arriba de 0.5 grados Celsius, lo que ocasiona un Niño débil.
Su más reciente presencia de El Niño ocurrió en el periodo 2015-2016, y es, hasta el momento, uno de los de mayor intensidad que se hayan registrado desde 1950.
Cabe mencionar que esta variabilidad climática afecta directamente la salud de las personas con “olas de calor”, que en últimos años se han experimentado de manera anómala y progresiva. De acuerdo a datos de las Naciones Unidas, se acaban de vivir 17 de los 18 años más calientes registrados en la historia han ocurrido desde 2001.
En el caso de México, los estados de Sonora, Baja California, Chihuahua, San Luis Potosí y Guerrero han alcanzado temperaturas de más de 50°C en los últimos años.
Los años más calientes de los registros oficiales han sido los 4 últimos años, y 2018 fue el 42° año consecutivo con una temperatura global por encima del promedio de este siglo y fue el año más caluroso de la historia en 29 países y en La Antártica.
Esta situación, el especialista en temas climatológicos con estancias en Estados Unidos indicó tiene gran interrelación con el llamado estudio forense de los huracanes y sus consecuencias (como son las inundaciones), pues relató que la ciencia meteorológica no sólo es medir la llegada y presencia de fenómenos climáticos; sino realizar estudios post-impacto, para así saber de forma definida sus repercusiones y las instancias encargada de la protección civil, tengan a la mano, los datos precisos de categoría, vientos, precipitaciones, etc, que acompañan a los huracanes.
Relató que el estudio forense de los huracanes, es un epíteto poco usado en México, pero es un levantamiento de daños, tras el paso de este tipo de fenómenos; y que busca desentrañar las realidades de la intensidad y lo que significó en la realidad este tipo de aconteceres; desde medir las lluvias, vientos, daños causados y darle una especificidad a su golpe.
“Esto se realiza para a través de sus daños, entender su categoría y revisar el escenario que se tenia pronosticado a lo que fue un huracán en la realidad”, acotó.
Este término casi no se usa en México, se cataloga como un levantamiento de daños y de comparación de afectaciones y sus mediciones de intensidad. Ejemplificó que existen algunas estaciones que llegan a fallar a determinada velocidad de los vientos y lluvias de los huracanes; pero tras revisarla en los laboratorios, permite el entender que fue un huracán, ciclón o lluvia tropical.
Este sistema forense y análisis de datos ha permitido el mejorar en trayectorias de los huracanes cuyo acotación de impacto se acotó a menos de 100 kilómetros de franja de entrada a tierra; siendo el área de oportunidad, el definir la categoría de potencia de los huracanes, ello en los desgloses de datos a nivel global.
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