Todos los ecosistemas terrestres –como los bosques y selvas- participan en el flujo de carbono, ya sea liberando una parte o capturando otra. La captura de CO2 se da cuando la vegetación absorbe este gas, durante la fotosíntesis, almacenando el carbono en su biomasa, por lo que el ecosistema se convierte en una “sumidero” de carbón; sin embargo, cuando la vegetación es removida y quemada para convertir el terreno en potreros –constituida muchas veces por árboles y arbustos- se elimina por medio del fuego, con lo que una gran parte del carbono almacenado es convertido rápidamente en CO2 y liberado nuevamente a la atmósfera y es entonces cuando un bosque se convierte en una fuente de CO2. Debido a que a nivel mundial la deforestación ha crecido de manera importante, los ecosistemas terrestres representan una fuente significativa de las emisiones de este gas. Aunque las cifras aún se encuentran en revisión, el último inventario en México indica que estas fuentes emisoras de GEI –conocidas en conjunto como cambio de uso de suelo y silvicultura- aportan alrededor de 14% de las emisiones nacionales de GEI.
A nivel mundial, la emisión de CO2 se ha incrementado de forma directa con el consumo de combustibles fósiles. Tan sólo en el año 2004 se emitieron alrededor de 27 mil millones de toneladas de CO2.
Fuente: Semarnat. ¿Y el medio ambiente? Problemas en México y el mundo. Semarnat. México. 2008
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