De acuerdo a Ben Welle, asociado Senior del WRI, con un diseño urbano adecuado, se pueden tener ciudades más habitables, con calles más seguras para todos, indicó lo anterior al presentar la publicación «Ciudades más Seguras por Diseño», que es una guía práctica para el diseño de calles y comunidades más seguras, que pueden reducir las muertes de tránsito y mejorar la calidad de vida de las personas.
Cabe mencionar que más de 1.3 millones de personas mueren en accidentes viales en todo el mundo, siendo ésta la principal causa de muerte en las ciudades, especialmente en los países en desarrollo, de ahí la importancia de la planeación urbana.
El también co-autor de la publicación dijo que «a medida que las ciudades de todo el mundo se expanden rápidamente, hay una necesidad urgente de diseñar comunidades compactas y conectadas, con poco tráfico y calles que promueven caminar, andar en bicicleta y con mayor accesibilidad al transporte público».
Cabe mencionar que en México el sector más vulnerable son los niños, siendo los incidentes viales la segunda causa de orfandad y la primera causa de muerte en edades de entre 5 y 15 años. Otros sectores vulnerables son las personas de la tercera edad y las personas con menor poder adquisitivo. Esta guía, realizada por el WRI Ross Center para Ciudades Sustentables, incluye más de 30 recomendaciones específicas de diseño urbano para los planificadores urbanos y políticos.
Ciudades más Seguras por Diseño destaca dos formas de mejorar la seguridad vial en las ciudades. En primer lugar, mediante la construcción y adaptación de los entornos urbanos para reducir la necesidad de viajes de vehículos individuales; y en segundo lugar, mediante la reducción de velocidad de los vehículos en las zonas donde los coches, los peatones y los ciclistas se mezclan. El informe se centra en mejorar la infraestructura peatonal, ciclista y el transporte masivo.
La guía contiene ejemplos de ciudades densas como Tokio, una ciudad orientada al tránsito; tiene una tasa de mortalidad vial de 1.3 por cada 100 mil habitantes, comparada con Atlanta, Georgia, que tiene 9.7 por cada 100 mil habitantes. Muchas ciudades en países de bajos y medianos ingresos tienen tasas de accidentes más altas, o carecen de un reporte de datos correcto. Pero la guía también ofrece ejemplos sobre la Ciudad de México, Río de Janeiro, Estambul, Nueva York, París y otras ciudades.
Por su parte, Ani Dasgupta, director Global del WRI Ross Center para Ciudades Sustentables dijo que, «las ciudades y las calles pueden ser diseñadas para proteger la vida, o se adhieren a políticas del status quo que ponen en peligro a cientos de millones de personas en las ciudades grandes y pequeñas».
«Esta investigación demuestra con casos sólidos que el diseño estratégico y las medidas basadas en pruebas pueden proteger mejor a esas vidas», y añadió que esta publicación contiene recomendaciones de elementos de diseño probados para mejorar la seguridad vial, incluyen:
Diseño urbano que incluya cuadras más pequeñas, conexiones frecuentes a la calle, calles más estrechas, y el acceso a destinos en los entornos urbanos compactos que aligeran la necesidad de desplazarse en vehículo;
Las medidas de pacificación del tráfico, como reductores de velocidad, chicanas, extensiones de las aceras, incremento de pasos peatonales y otros elementos;
Arterias e intersecciones que reducen los conflictos entre los usuarios de la vía, proporcionando cruces claros, medianas e islas de refugio;
Instalaciones peatonales que van desde zonas exclusivamente peatonales, como aceras básicas;
Redes ciclistas que cuenten con ciclovías p y una atención especial al diseño de las intersecciones; y
Mejores condiciones de seguridad en los corredores de transporte masivo y de las estaciones.
Finalmente, Ellis Juan, coordinador General de la Iniciativa de Ciudades Sustentables y Emergentes (ESCI), del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), expuso que hacer ciudades más seguras no sólo es un cambio en el comportamiento, se trata también de la creación de un entorno urbano que reequilibra el uso del espacio público entre los peatones, ciclistas y automóviles, asignando prioridades y reduciendo las velocidades de los vehículos.
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