De acuerdo a Margareta Walhström, responsable de la estrategia internacional para reducción de desastres de las Naciones Unidas (ONU), el Cambio Climático (CC) en 50 años provocará la desaparición de diversas naciones caribeñas, destacando el caso de Cuba.
Tema retomado por el embajador de los Estado Unidos, Carlos Pascual, quien, en tono irónico, dijo que su nación, ante ese panorama al año 2060 no tendrá que preocuparse de la situación diplomática con Cuba.
Ya que al hundirse por causa del alza de los niveles del océano, dejara de existir la tensión y bloqueó a los cubanos y los hermanos Castro.
Planteó que la Reunión de las Partes en Cancún debe servir para que las naciones tengan la oportunidad de llevar a cabo un compromiso real en materia de reducción de emisiones.
La funcionaría internacional enfatizó que se requiere un mayor compromiso mundial para tener conciencia y recursos para solventar problemas generados de fenómenos naturales como son los sismos. Al respecto, el Banco Mundial estima que se requieren entre 75 y 100 millones de dólares anuales para adaptar las infraestructuras susceptibles a los sismos.
Walhström habló que una de las mayores prioridades en CC es el cambio de actitudes de la población en materia de reducir sus emisiones que aumentan los daños de los fenómenos naturales. Por ello, dijo se establecerá la campaña “Mi Ciudad”, que involucrará a todos los actores sociales.
Por su parte, el diplomático estadunidense expuso que Estados Unidos y México están trabajando en la creación de un mercado energético renovable y el documento final de la mutua colaboración estará listo para la COP en Cancún.
Asimismo, añadió que México requiere invertir 0.4 por ciento de su PIB anual, -unos 3 mil millones de pesos-, para garantizar una reducción de emisiones de gases de invernadero, ya que 60 por ciento de los mismos se generan por el consumo y producción energética.
A este respecto, Elías Freig, coordinador de la fuerza de tarea CO2 de la Secretaría de Hacienda (SHCP), dijo que un pacto global ambiental no puede funcionar sin un pacto alterno económico que incluya una nueva fórmula de arquitectura financiera que lleve implícitas líneas de acción.
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