De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), se estima que cada año nacen 15 millones de niños prematuros en el mundo. Dicha instancia también señala que más de 1 millón de niños prematuros muere por complicaciones durante el parto; en tanto, el nacimiento antes de tiempo es la principal causa de mortalidad en los neonatos durante las primeras cuatro semanas de vida.
En México, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reporta que hasta el 10 por ciento de los nacimientos registrados en esa institución son prematuros. En ese contexto, muchos de esos bebés necesitan de cuidados especiales que requieren de apoyo tecnológico, como son las incubadoras y cunas térmicas.
En términos de innovación, existen importantes avances en la materia; sin embargo, dichas tecnologías, en la mayoría de los casos, resultan sumamente costosas. Por ello, estos investigadores mexicanos se dio a la tarea de desarrollar una cuna térmica vibrante con tecnología propia.
El proyecto, que se encuentra en la fase de construcción del prototipo, cuenta con una serie de innovaciones orientadas a optimizar el desarrollo emocional del bebé, inclusión tecnológica sustentada en diversos estudios psicológicos que identificaron el impacto negativo de la ausencia del contacto afectivo entre la madre y el neonato prematuro durante sus primeros días de vida.
El Informe de Acción Global sobre Nacimientos Prematuros plantea la importancia de los cuidados esenciales en los bebés prematuros, entre los que se incluye un programa denominado Madres Canguro, que estipula el contacto piel a piel para favorecer su desarrollo. Según el documento, dicho programa podría salvar hasta 450 mil bebés cada año.
Alejandro Hernández Pérez, egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) Azcapotzalco del Instituto Politécnico Nacional (IPN), e integrante de Geek Factory, responsable del desarrollo de la cuna térmica de calor radiante para cuidados neonatales, explicó que esta tecnología forma parte de la familia de equipos de termorregulación para uso neonatal.
Dijo que “tanto la cuna térmica como las incubadoras sirven para regular la temperatura de los bebés que nacen antes de tiempo; en ese sentido, la necesidad de estos equipos es latente; sin embargo, adquirirlos en cantidad suficiente representa grandes montos de inversión”.
Añadió que debido a ello y a petición del doctor José Luis Cruz, jefe de Neonatología del Hospital de la Mujer, se dieron a la tarea de crear una cuna inteligente adecuada a las necesidades específicas de los bebés mexicanos, pero sobre todo que cubriera algunas otras que se han identificado y que no toman en cuenta los equipos existentes en el mercado.
“Estamos integrando ciertas adecuaciones, como un sistema de estimulación temprana a través de movimientos que simulen que el bebé prematuro aún está en el vientre de la madre y que también pueda escuchar los latidos del corazón de ella y algunos mensajes personalizados, tal como ocurre antes de que el bebé nazca”, precisó.
Por su parte, Jonas Sandoval García, quien concibió la idea original del proyecto de la cuna térmica y que trabaja de manera colaborativa con Geek Factory, explicó que se parte de un equipo ya existente en el mercado al cual se le agregan las funcionalidades descritas.
“La parte de la estimulación la estamos aplicando en un aspecto relativamente descuidado en los bebés prematuros; se trata del emocional. Cubrimos los aspectos fisiológicos como el resto de las cunas térmicas; sin embargo, también rompemos el aislamiento que actualmente sufren los bebés al ser separados de su vínculo más fuerte hasta el momento, que es el desarrollado con la madre durante la gestación”, abundó.
A decir de Sandoval García, a través de adecuaciones propias que incluyen el desarrollo de algoritmos (software) e innovación tecnológica y mecánica se han incluido simulaciones que van desde reproducir mediante grabaciones los latidos de la madre y otros sonidos propios de su organismo, así como mensajes afectivos previamente grabados.
Otros aspectos innovadores de la cuna son una cama metabólica que permite censar y almacenar la evolución o pérdida de peso del neonato; asimismo, un monitor de signos vitales básicos de dos canales y cuatro variables (ritmos, saturación de oxígeno, temperatura y presión), que en comparación con los ya existentes no resulta invasivo.
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