Para atender el problema de escasez y desabasto de agua que actualmente enfrentan varias ciudades del país, Alfredo de la Barrera González, investigador de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), unidad Culhuacán, al sur de la Ciudad de México desarrolló un sistema para tratar el agua residual y poder reutilizarla.
El especialista explicó que esta innovación tecnológica consiste en un sistema automático que capta el agua residual, la cual es tratada y desinfectada a través de diversos filtros, y que con este sistema, el costo por litro de agua será cuatro veces más económico que lo que actualmente se paga por el suministro del líquido, manifestó el exbecario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
De acuerdo con el estudio Agua urbana en el Valle de México: ¿un camino verde para mañana?, realizado recientemente por el Banco Mundial (BM), “la situación de los recursos hídricos en el Valle de México es muy crítica”, ya que alberga “la mayor aglomeración de América Latina”. Ejemplo de ello es que en crecimiento urbano ha provocado que la disponibilidad actual de agua en el Valle de México esté en el orden de 74 metros cúbicos por habitante, lo que podría considerarse como una situación de estrés hídrico extremo.
Lo anterior, aunado a otros factores como las características propias de la cuenca del Valle de México y las sequías generadas por el cambio climático, ha generado “una sobrexplotación dramática de los acuíferos locales (25,0 m3/s) complementada por trasvases de agua de cuencas vecinas (19,5 m3/s) costosos social y financieramente”, señala el texto.
Si hoy en día la situación hídrica en el país –y en especial en el Distrito Federal– es crítica, para los próximos años el panorama es aún más dramático. Pues según dicho estudio, si se mantienen las mismas prácticas actuales de manejo del agua en el Valle de México, para 2030 las fuentes sostenibles actuales de 45 metros cúbicos por segundo representarían solo el 50 por ciento de la demanda futura total, que sería aproximadamente de 91 metros cúbicos por segundo.
Siendo ahí donde aplica la importancia de contar con este tipo de proyectos tecnológicos, que describió su creador como un “equipo que consiste en filtros sucesivos. Inicialmente se tiene una conexión a una toma de drenaje, ahí se hace un prefiltrado a través de un aparato centrífugo que hace girar el agua a altas velocidades y los residuos pesados se separan del agua”.
Después, el agua pasa por otro filtro en el que se separa de aceites. Posteriormente, se le aplica ozono como germicida y con eso el agua ya se puede utilizar para riego, ya sea agrícola o de jardines, describió.
Asimismo, “esta agua ya se puede ocupar para su inyección en el subsuelo, pues actualmente lugares como la Ciudad de México padecen el hundimiento por la excesiva extracción de agua. Tan solo en el oriente de la ciudad, en Santa Martha Acatitla, se ha hundido la tierra hasta 30 centímetros en los últimos cuatro años y se puede ver reflejado en las columnas del distribuidor vial La Concordia”.
Para obtener agua, no de consumo pero si de contacto humano, se necesitan filtros más finos que acaben con los organismos y bacterias que esta pudiera contener. Para este proceso se emplean tres filtros más. Se trata de un filtro de lecho profundo, otro más de carbón activado, y un tercero de rayos ultravioleta. “Con estos últimos tres filtros, el agua ya se puede utilizar para fines de limpieza y para los sanitarios”, manifestó.
De la Barrera González señaló que con esta máquina, que tiene la capacidad de reciclar alrededor de 80 litros por minuto, el agua saldría cuatro veces más económica que lo que hoy en día se paga por ella. Añadió que “en 2012 hice un plan de negocios y vi que el litro de agua reciclada con esta máquina saldría a tres centavos, mientras que traer el agua del Sistema Cutzamala cuesta hoy en día alrededor de 12 centavos el litro”.
Añadió que si bien existe una diferencia de cuatro a uno, el ahorro al usar esta máquina sería mayor porque estos son solamente los costos por traer el agua, falta sumarle el precio de llevarla a su destino final.
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