Se dio a conocer la publicación del más reciente número (nº 8 de la revista Monfragüe Resiliente, correspondiente al Volumen IV, Número 2), que es publicada en España, y que es factible de observar en el link: http://www.monfragueresiliente.com/.
Cabe mencionar que esta publicación destaca porque trabaja investigaciones y colabora con el Stockholm Resilience Centre http://www.stockholmresilience.org/. Siendo el único miembro español en la organización internacional Resilience Alliance http://www.resalliance.org/.
Situación que es posible con base al apoyo del gobierno de la provincia de Extremadura de dicho , que financia.
-Universidad de Extremadura, que coordina y resto de universidades extranjeras, instituciones adscritas y colaboradores que aportaron sus conocimientos y orientaciones.
Al respecto, el director de esta publicación, Julián Mora Aliseda, informó que en esta revista, nos interesa publicar artículos que traten de indagar sobre sus alcances conceptuales con relación a la temática ambiental y el rol que los territorios (urbanos y rurales) y los ecosistemas cumplen en las interrelaciones dinámicas sociedad-naturaleza. Analizar cómo estas interacciones influyen en el grado de resiliencia de los ecosistemas, los medios, la tecnología, las instituciones y las condiciones de vida de las comunidades locales y sus posibilidades de un desarrollo inteligente.
El término “resiliencia deriva del latín resiliens,entis, que significa “que salta hacia arriba”, aceptándose genéricamente como equivalente a “elasticidad”. También, otra acepción del término proviene del campo de la física, al referirse “a la capacidad de un material de recobrar su forma original después de haber estado sometido a altas presiones”. Por consiguiente, con el paso del tiempo esta definición se extendió -por analogía- al ámbito social, definiéndolo en forma general como “la facultad humana que permite a las personas cuando atraviesan situaciones adversas superarlas, e incluso salir transformadas positivamente y reforzadas por la experiencia acumulada”.
Llegados a este punto, la resiliencia en su enfoque territorial o socio-ambiental requiere del establecimiento de relaciones dinámicas y a escalas mayores entre los sistemas económicos y los ecológicos, para así asegurar que la vida humana continúe en forma permanente y de acuerdo a la diversidad de culturas que existen, y donde, por consiguiente, los efectos de las actividades antrópicas no rebasen límites ambientales que destruyan o minimicen la diversidad, la complejidad y las funciones propias de los ecosistemas prístinos o transformados: agro-sistemas o ecosistemas urbanos, donde la estabilidad ecológica no es un estado fácil de definir ni de medir, por lo que es la propia resiliencia de la estructura sistémica la que debe de ser sostenida en el tiempo, para avalar su capacidad de equilibrio y estabilidad a largo plazo, que es lo que se pretende. Por ello, los impactos humanos que claramente reduzcan la estabilidad y su dificultad para volver al estado original han de ser evitados en la medida de lo aconsejable.
Hasta ahora, en la “sostenibilidad” se incorporaban indefectiblemente las tres dimensiones de la interrelación: economía/desarrollo, sociedad/equidad y ambiente/conservación natural. Pero con la Resiliencia, aplicada en el campo ambiental y social, se abre paso como un indicador de las posibilidades de mayor comprensión en los procesos de diagnóstico y, por lo tanto, en la caracterización sistémica de las dinámicas en las diferentes escalas territoriales (global y local): las interrelaciones e intercambios complejos y múltiples entre los sistemas sociales y los ecosistemas naturales, sus amenazas y sus oportunidades.
Consecuentemente, desde esta perspectiva del debate y aplicado a la ordenación territorial es como se deberán generar y coordinar asuntos de planificación concertada entre diferentes agentes y con distintos intereses, siempre asumiendo la participación social como elemento clave para una gestión inteligente del espacio geográfico (transformado o no) en el medio y largo plazo.
El debate está servido y esta revista “Monfragüe Resiliente” pretende erigirse como foro científico internacional para generar y debatir ideas, teorías y modelos científicos que puedan ser trasladados al conjunto de la sociedad y cuyos resultados sirvan como herramienta de apoyo en la toma de decisiones que los responsables políticos y empresariales tienen que tomar día a día. Si en algo contribuimos a mejorar y aportar ideas y soluciones para lograr la necesaria compatibilidad entre desarrollo y conservación habremos cumplido nuestros objetivos.
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