Sustentabilidad

Disminuye población de anfibios en el mundo

Dentro del grupo de vertebrados, los anfibios son los que están disminuyendo a tasas más aceleradas en el mundo y el conocimiento que se tiene de ellos es escaso. En México, el estado con mayor riqueza de este grupo es el estado sureño de Oaxaca, donde 6 de cada 10 especies de anfibios están dentro de alguna categoría de riesgo o con deficiencia de datos, señala la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Con el objeto de entender los factores que afectan negativamente a estos organismos, Edna Leticia González Bernal, investigadora del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional Unidad Oaxaca del Instituto Politécnico Nacional (IPN), realizará estudios ecológicos sobre anfibios, en particular de seis especies de ranas endémicas de la Sierra Norte de Oaxaca y su riesgo de desaparacer.

“Buscamos comprender las vías en que la perturbación del hábitat en el área de estudio, causada principalmente por la extracción maderera o tala, agricultura, creación de caminos y carreteras, poblados y potreros, así como por contaminación química y que afectan a estas especies de ranas”, destacó la bióloga, y recordó que cinco de estas especies están bajo categorías de riesgo según la UICN: Duellmanohyla ignicolor e Incilius spiculatus (amenazadas), Plectrohyla celata (seriamente amenazada), Charadrahyla nephila (vulnerable) y Ptychohyla zophodes (con deficiencia de datos), además de una nueva especie, Charadrahyla esperancensis, recientemente descubierta por la investigadora y su equipo.

La descripción de la nueva especie Charadrahyla esperancensis, “La Esperanza”, se publicó el 3 de octubre de 2017 en la revista Zootaxa. ”Decidimos nombrar a la rana La Esperanza, en reconocimiento al esfuerzo que hace la población de la comunidad con el mismo nombre, al proteger sus bosques y por consiguiente (aún sin saberlo) a los anfibios que habitan en ellos. También este nombre nos recuerda que siempre habrá esperanza tanto de encontrar nuevas especies, redescubrir a aquellas que se creen extintas y encontrar soluciones a los factores que las ponen en riesgo”, expresó.

La investigadora estudiará las seis especies que se distribuyen en el bosque mesófilo de montaña, un ecosistema que la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) considera el de mayor presión humana (cambio de uso de suelo) y mayor riesgo de desaparición en México; se trata del ecosistema más amenazado del país.

Edna González llevará a cabo su trabajo de investigación dentro de tres comunidades en la Sierra Norte de Oaxaca: La Esperanza, del municipio de Comaltepec, Santa Cruz Tepetotutla y San Pedro Yólox.

Datos de la UICN indican que en la actualidad México se ubica entre los primeros lugares en número de especies de anfibios bajo riesgo a nivel mundial. Y para intentar frenar esta situación, se requiere contar con una base sólida de estudios científicos relevantes que permitan entender los factores de presión que afectan a las poblaciones de anfibios nativos y cómo interactúan dichos factores.

La investigadora reflexionó sobre el valor de transmitir el conocimiento a la sociedad, ya que con ese saber “lograremos conservar a estos organismos, cuando como científicos seamos capaces de involucrar a la sociedad. Estoy convencida que mediante la transmisión de la información científica y una relación activa con la población lograremos decisiones adecuadas en favor de este grupo de vertebrados mexicanos”, agregó en entrevista con la Academia Mexicana de Ciencias.

Los humanos consideran a los anfibios como plagas; sin embargo, estos vertebrados son depredadores de distintos organismos, por ejemplo, pueden consumir gran cantidad de insectos que atacan cultivos o afectan a personas directamente. En su estado larval (renacuajos) pueden mejorar las condiciones de los sistemas acuáticos al consumir algas.

Además, los anfibios son fuente de alimento de vertebrados mayores, su desaparición tendría fuerte impacto en el sostén de los organismos que se alimentan de ellos. También han sido considerados indicadores de la calidad del hábitat o «los canarios de las minas». La ausencia de anfibios en un ecosistema indica que éste se encuentra alterado.

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