POR: Rafael Cienfuegos Calderón
De continuar la tendencia del calentamiento global y el desprendimiento de los hielos, investigadores vaticinan que en el año 2100 el nivel de los mares podría incrementarse entre 30 centímetros y un metro, lo que provocaría una situación catastrófica, sobre todo para las ciudades que se encuentran a nivel del mar.
La Antártida es una zona muy estudiada por los cambios climáticos que ahí se registran y es un indicador de lo que ocurre en el planeta como consecuencia de los mismos.
Actualmente se tiene la precisión de que en los últimos 50 años del siglo XX, en cada década, la temperatura se incrementó poco más de medio grado, dando un acumulado de tres grados centígrados.
Miguel Moctezuma Flores, académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, colabora con investigadores del Instituto de Ciencias Atmosféricas y del Clima de Italia en el estudio de imágenes de radar registradas por percepción remota en la Antártida, para analizar el impacto del calentamiento global en ese continente y contribuir al conocimiento de la dinámica de sus enormes bloques de hielo.
Hace meses, junto con sus pares italianos, da seguimiento al iceberg A68, que se desprendió de la plataforma Larsen el 12 julio de 2017. Como parte del rastreo, observan los movimientos y causas de la escisión para establecer una pauta de la dinámica de los hielos, los movimientos de deriva y cuál será el efecto a mediano y largo plazos de ese témpano.
Una de las primeras actividades de los científicos fue parametrizar la masa de hielo, es decir, determinar su tamaño: 160 kilómetros de largo, comparativamente similar a la distancia que se recorre del Zócalo de la Ciudad de México a San Juan del Río, Querétaro, y una anchura de 55 kilómetros.
Además, se estableció su espesor en 220 metros, volumen en el que cabría La Torre Latinoamericana con sus 181 metros de altura, y quedaría arriba un espacio como de 40 metros.
El iceberg sobresale unos 30 metros sobre el nivel del mar y su forma particular, es una especie de prisma rectangular.
Se estima que su superficie es de cinco mil 800 kilómetros cuadrados, aproximadamente el territorio de Aguascalientes, o cuatro veces el de la Ciudad de México.
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