Por una parte había dejado pasar este tema hasta no ver cristalizado un conjunto de sucesos, que llevan ya un par de años. Primero hace algunos ayeres vimos a la gastronomía española encumbrarse como la meca de la gastronomía mundial; vimos cómo los iconos de la tradicional y muy antigua elite de cocineros de la cocina francesa, cedían poco a poco terreno y se habrían horizontes en todo el mundo. La televisión lanzó a la fama a chefs cuales estrellas de rock; desde el Reino Unido hasta Argentina y de Australia hasta la India. Veo la difícil situación en la que viven muchos amigos europeos frente a la tremenda crisis que no vislumbra un término a corto plazo.
Y mientras nuestra frágil y pequeña economía muestra indicios de un crecimiento sostenido y vemos cómo dirigimos los reflectores a lo nuestro.
Y lo que antes era inimaginable hoy lo vemos de forma repetida no sólo con programas sino canales dedicados a la difusión de la profesión de moda y de lo que hoy día es la atracción inclusive de aficionados al arte de los fogones. Publicaciones editoriales y segmentos semanales en los diarios de mayor circulación son el reflejo de este auge y de igual forma, lo que nunca imaginaríamos podría llegar, un evento tan impresionante como Madrid – Fusión, con el gurú de la gastronomía moderna, el padre de la cocina molecular, el célebre Hidalgo don Ferran Adrià. Y convertirse en una franquicia muy remunerada con presentaciones en diversos puntos de la republica y con más presentaciones; aunado a esto le sucedieron visitas de diversos astros de las cocinas brindando nuevas e innovadoras ideas.
Festivales, concursos, congresos; todo muy esperanzador para afianzar la propuesta que va de la mano con todo el proyecto de difusión turística de México hacia el mundo. Presentar a México a través de su belleza natural, sus atractivos, sus rutas coloniales, su cultura y tradiciones y, por supuesto, su gastronomía.
Bien quedó demostrado recientemente en la FIT o Feria Internacional de Turismo de la ciudad de México, realizada en los últimos días de septiembre donde se pudo apreciar un pabellón destinado y dedicado a la gastronomía mexicana. Pero no cabe duda que teniendo los más altos niveles en educación y capacitación en materia de turismo y gastronomía. Siendo de los pocos países (y no sé si para beneficio de los dueños o de los alumnos) que elevaron la gastronomía a niveles de educación superior otorgando el honor de licenciatura e inclusive ir mas allá con posgrados y maestrías en la materia. El salario que por vocación y en el caso de otros por necesidad sea el peor en años.
Atrás quedó la época del sueño glamoroso de manteles largos y una billetera abultada producto del buen trabajo del chef y por consecuencia de igual forma al cocinero e inclusive al pinche. Ahora, que tanto egresados de una carrera como trabajadores empíricos vivan por años rallando entre el salario mínimo, dádivas de propinas y salarios por lo general bajos, por no decir mediocres; como es el caso de los principales centros turísticos que pretenden componer el salario de sus empleados gracias a las propinas que devienen de las temporadas altas y tristemente como mucho de los temas que más importan a los mexicanos queda al margen de reformas laborales.
Y qué más da si contrario a pensar ¿qué podría hacer al respecto la Cámara de rémoras? Perdón, una disculpa para los animales que viven a expensas de otros; me refería a los legisladores, que uno de sus más lucrativos negocios que obtienen es pasar leyes a comisiones de estudios, cobrar los bonos y prebendas que se puedan obtener extra. Total como siempre se ha dicho es un error vivir fuera del presupuesto. Y por la respuesta de cambio claro: se puede cambiar todo lo que no afecte sus intereses y que, además, genere ganancias a sus amistades de poder.
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