La verdad es que no hay condiciones para que exista un invierno terrible. Sí se tendrá el fenómeno de El Niño, pero será debilucho y muy corto. Entrará entre noviembre y diciembre y para febrero desaparecerá; en marzo, estaremos libres de él. Para empezar, la Corriente de Humboldt está débil, no trae mucho frío hacia el Ecuador; de ahí hacia el Pacífico Central y a una profundidad de 300 metros, tampoco existen condiciones favorables para que El Niño sea robusto y nos lleve a un invierno muy gélido. Por el Polo Norte y Canadá bajarán unos 44 frentes fríos durante la temporada invernal, pero llegarán mermados a México, porque durante su paso por Estados Unidos perderán su poder y fuerza, dada la impresionante sequía que sufre el vecino país.
La sequía que tuvo México fue un juego de niños comparada con la que azota a Estados Unidos, por lo tanto, tampoco existen las condiciones de humedad que se requieren para que los frentes y sus masas frías causen mayores daños. Del Pacífico Norte quizá lleguen unas 5 ó 7 tormentas invernales que se resentirán en Chihuahua, Durango, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León, entre otras entidades federativas. Para aquellas personas que les gustan las temperaturas bajas, se le puede decir que uno de cada cuatro frentes, uno será un poco más gélido porque es muy probable que venga acompañado de lluvia. Las zonas que resentirán el frío serán las partes altas de Durango y Chihuahua. Además, en el centro del país, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Estado de México y Distrito Federal, tendrán un poco de frío de 3 grados sobre cero. De acuerdo con los especialistas del SMN, la parte norte del país tendrá lluvias normales o por encima y, en cambio el sur, disminuirán algo. Así que en términos generales, durante este invierno tendremos lluvias casi normales, es decir, 5 por ciento por abajo del promedio.
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