Un nuevo análisis de datos satelitales de la NASA realizado por Greenpeace India y el Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés) reveló que las emisiones de dióxido de azufre (SO2) tóxico de la India cayeron en 2019 por primera vez en cuatro años a medida que disminuyó el uso de carbón. En 2019, las emisiones antoropgénicas de SO2, es decir, las producidas por el hombre, cayeron en los tres principales países emisores del mundo: India, Rusia y China, según muestra el informe.
“En India, estamos vislumbrando lo que significa el uso reducido de carbón para la calidad del aire y la salud. En 2019, la capacidad de energía renovable se expandió, la generación de carbón disminuyó y vimos una mejora correspondiente en la calidad del aire pero nuestro aire aún está lejos de ser seguro. Debemos acelerar la transición energética desde el carbón hacia las energías renovables, para nuestra salud y la economía”, dijo Avinash Chanchal, activista de Greenpeace India.
El informe clasifica a los mayores emisores de dióxido de azufre del mundo, un contaminante atmosférico venenoso que aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular, enfermedad cardíaca, cáncer de pulmón y muerte prematura.
Hallazgos clave, basados en el análisis de datos satelitales de la NASA:
- En 2019, India emitió el 21% de las emisiones de SO2 antropogénicas (creadas por el hombre) mundiales, casi el doble que Rusia, el segundo emisor mundial.
- Las emisiones antropogénicas de SO2 cayeron aproximadamente un 6% en todo el mundo en 2019. Por segunda vez, las emisiones de SO2 disminuyeron en los tres principales países emisores: India, Rusia y China.
- En 2019, las emisiones antropogénicas de SO2 de China cayeron un 5%, la tasa de disminución más lenta de la última década. Si bien China fue una vez el mayor emisor de SO2 del mundo, sus emisiones se han desplomado en un 87% desde 2011, en gran parte debido al fortalecimiento de los estándares de emisiones y al uso de depuradores en las centrales eléctricas.
- Sudáfrica experimentó una fuerte disminución en las emisiones de SO2 en 2019, lo que llevó las emisiones del país a su nivel más bajo registrado. La caída se debió en gran parte a una reducción temporal en la generación de energía a carbón, lo que provocó apagones continuos.
- Las emisiones antropogénicas de SO2 aumentaron un 14% en Turquía en 2019, lo que marca el cuarto año consecutivo de aumento. Entre 2015 y 2019, la participación de Turquía en la producción de electricidad a base de carbón aumentó en casi un 10%. Durante este período, las emisiones de SO2 se duplicaron.
- En 2019, la fundición de Norilsk en Rusia fue la mayor fuente de emisiones antropogénicas de SO2 del mundo. La región de Rabigh, un punto de alta emisión de SO2 a base de petróleo y gas en Arabia Saudita, ocupó el segundo lugar.
- El clúster de carbón de Suralaya en Banten, Indonesia, fue el punto de acceso de SO2 más grande en el sudeste asiático en 2019, seguido de cerca por las refinerías de petróleo y gas de Singapur.
En México, las emisiones antropogénicas de SO2 incrementaron un 4% en 2019 después de una rápida disminución de tres años. La combustión de petróleo y gas, responsable del 90% de las emisiones antropogénicas de SO2 de México, aumentó en 2019.
México ocupa el quinto lugar entre los mayores emisores de SO2 antropogénico en el mundo, sólo por debajo de La India, China, Rusia y Arabia Saudita. Nuestro país registró una producción de este compuesto de mil 873 kilotoneladas métricas en 2019, lo que significa un crecimiento de 4 por ciento respecto al año anterior.
Entre los mayores focos rojos de este tipo de contaminación en el mundo, se encuentran las instalaciones petroleras de Cantarell y Reforma (que generan alrededor del 48 por ciento de este compuesto), así como las centrales eléctricas de Tula y Tuxpan, que queman combustóleo, cuyas emisiones podrían aumentar en los próximos 4 años.
“Si bien México pasó de ocupar el cuarto lugar en producción de dióxido de azufre en la medición anual de 2018 al quinto lugar en 2019, eso no significa que estemos mejor, sino que otros países lo hicieron peor”, advirtió Pablo Ramírez, especialista en Energía y Cambio Climático de Greenpeace México y responsable de la campaña de energía de la organización.
“De hecho, el incremento observado se debió entre otras cosas a la regulación laxa y la política energética del actual gobierno, que apuesta por aumentar la capacidad del sistema nacional de refinación y a generar electricidad a partir de combustibles fósiles altamente contaminantes como el carbón y el combustóleo, con un alto impacto en la calidad del aire de importantes centros urbanos como Monterrey, Pachuca y la Ciudad de México”, advirtió.
“Estas emisiones, rastreadas por satélites, están afectando la salud de millones de personas, muchas de las cuales han tenido sus vidas truncadas o su salud comprometida, lo que demuestra la urgencia de implementar regulaciones de emisiones más estrictas y hacer la transición a fuentes de energía limpia. Desafortunadamente, en algunos países que encabezan la lista, como India, México y Sudáfrica, los gobiernos han seguido retrasando o debilitando la implementación de las normas de emisiones, incluso cuando la pandemia de COVID-19 debería haber puesto de relieve la importancia de la salud respiratoria”, dijo Lauri. Myllyvirta, analista principal del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA).
Los gobiernos deben detener de inmediato la inversión en combustibles fósiles y cambiar a fuentes de energía más seguras, como la eólica y la solar. Al mismo tiempo, deben fortalecer los estándares de emisiones y exigir la aplicación de tecnología de control de la contaminación por gases de combustión en plantas de energía, fundiciones y otros emisores industriales de SO2.
Ránking Global de Emisión de SO2 – los focos rojos-
Más de dos terceras partes (685) de las emisiones globales de dióxido de azufre (SO2) se deben a actividades humanas; el resto a los volcanes.
Las emisiones globales de SO2 cayeron 14% en 2019 en comparación con 2018. La mayor parte de esa reducción se debió a una menor actividad volcánica. Las emisiones antropogénicas de SO2 disminuyeron aproximadamente 6% durante el mismo periodo.
En 2019, la India se mantuvo como el peor emisor mundial SO2 con casi 6 mil kilotones métricos (kt), o 21% del total anual de emisiones antropogénicas. Las emisiones de SO2 de la India fueron 1.8 y 2.8 veces más que las de Rusia y China respectivamente, países que le siguen con mayores emisores.
Los 25 mayores emisores de SO2 antropogénico en 2019 fueron:
Tres países con más de 2 mil kt: India, Rusia y China.
Cinco países con mil a 2 mil kt: Arabia Saudita, México, Irán, Sudáfrica y Turquía.
Cinco países con 500 a mil kt: Estados Unidos, Kazajstán, Ucrania, Australia y Cuba.
Doce países con 180 a 500 kt: Uzbekistán, Perú, Kuwait, Turkmenistán, Serbia, Emiratos Árabes Unidos, Brasil, Bulgaria, Canadá, Irak, Marruecos y Pakistán.
Los 12 primeros fueron responsables de más de dos terceras partes de las emisiones globales de SO2 antropogénico en 2019, y totalizan 49% de la población mundial.
Tendencias de la emisión de SO2 en 2019 frente a 2018, entre los primeros 25 emisores:
Siete países experimentaron una disminución estadísticamente significativa en un rango de 6% a 40% relativo al decrecimiento de 2018 a 2019: India, Irán, Sudáfrica, Ucrania, Emiratos Árabes Unidos, Irak y Pakistán.
Tres países vieron disminución entre 5% y 12%, que son estadísticamente probable:: Rusia, China y Serbia.
Nueve países no experimentaron cambios estadísticamente significativo con la precisión del conjunto de datos: Arabia Saudita, Estados Unidos, Kazajstán, Australia, Cuba, Perú, Kuwait, Bulgaria y Canadá.
Tres países tuvieron aumento entre 4% y 28%, que son estadísticamente probables: México, Brasil y Marruecos.
Tres países tuvieron un aumento estadísticamente significativo en el rango que va del 14% al 36% del incremento relativo: Turquía, Uzbekistán y Turkmenistán.
Durante la pandemia de COVID-19 en la primera mitad de 2020, el consumo de combustibles fósiles fue sustancialmente más bajo que en años previos. Como resultado, se pudo apreciar una clara caída en las emisiones de SO2 en muchas zonas industriales, independientemente de si predominó la quema de carbón, petróleo o gas en las instalaciones industriales o fundidoras.
Aún no está disponible información más precisa sobre 2020. Sin embargo, un modelo simple de regresión indica que las emisiones han mantenido su disminución entre septiembre de 2019 y agosto de 2020 comparado con el año previo, con un cambio de 7% durante ese periodo.
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