Como parte de las acciones para proteger la integridad de los recursos naturales en Áreas Naturales Protegidas (ANP) del Golfo de California y el Pacifico Mexicano, la integrante del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de la Ciudad de México, Alexandra Álvarez del Castillo-Cárdenas realizó una investigación sobre el impacto del buceo turístico en la vida marina arrecifal y pelágica de estas zonas.
El estudio se centra en los arrecifes coralinos del Parque Nacional Cabo Pulmo y la Reserva de la Biósfera Archipiélago de Revillagigedo, en el estado de Baja California Sur, en donde el buceo turístico se no implica riesgos mayores para ninguna de las dos ANP’s.
Ya que 65 por ciento de los buzos observados en el estudio mostró un comportamiento respetuoso con el medio marino y siguió las reglas de conducta vigentes en cada sitio, así lo refiere la investigación que se desarrolló en el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar).
Sin embargo, si existen casos, como en Cabo Pulmo, de algunos de los visitantes que no tienen un comportamiento ejemplar, ocasionaron daños en algunos corales como consecuencia de golpes con aletas y cámaras.
Para el caso de Revillagigedo, se registró evidencia de buzos visitantes que acosaron ejemplares como mantas gigantes y tiburones, en la mayoría de los casos estas acciones fueron infligidas por fotógrafos o videógrafos submarinos.
En general el desarrollo de las actividades turístico-recreativas de buceo tanto en Cabo Pulmo como en Revillagigedo se desarrolla de manera sustentable y generan un impacto leve sobre el ecosistema marino, detalló el estudio titulado Uso de la Capacidad de Carga y Límites de Cambio Aceptables, como estrategia de manejo en el Buceo Turístico.
Cita el estudio que “sin embargo nuestra investigación demuestra que en algunas ocasiones el uso ha estado sobre pasando la capacidad de carga de ciertas localidades, lo cual es una llamada de atención importante para el manejo que se le debe dar a estas zonas, pues no debemos olvidar que ambos son sitios UNESCO y patrimonio de la humanidad”.
Para colaborar en las acciones de conservación y protección de estas zonas, la especialista politécnica plantea que los monitoreos biológicos y de turistas sean continuos para poder evaluar la capacidad de carga de buceo en cada sitio y para cada recurso.
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