Especialistas se reunieron en la Comisión Nacional Forestal (Conafor), que dirige Jorge Rescala Pérez, para informar sobre las evaluaciones que llevaron a cabo desde el año pasado. Indicaron que es importante el manejo forestal sostenible, ya que es una parte importante de la planificación estratégica para la seguridad hídrica y la resiliencia ante los desastres relacionados con los sedimentos y el agua.
México fue uno de los países seleccionados por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), como parte de las naciones piloto para probar algunas metodologías sobre evaluación de la cobertura del suelo en diversos sitios forestales.
Los expertos parten del hecho que los bosques desempeñan un papel significativo en la protección del suelo y el agua, protegen el suelo de la degradación y la erosión y mejoran la pureza del agua, actuando como filtro.
Los lugares donde se realizaron estas evaluaciones fueron Durango, Durango; Villa Victoria, Estado de México; El Catorce, San Luis Potosí; Tehuacán, Puebla; Comitán, Chiapas, y Tomatlán, Jalisco.
La conclusión de estas evaluaciones es el desarrollo de una sola metodología que revisaron los especialistas en el Taller Nacional “Mejora de la Información para Promover la Protección del Suelo y el Agua en el Manejo Forestal”.
Al termino del taller los expertos de diferentes instituciones educativas, como El Colegio de Postgraduados en Ciencias Agropecuarias, Departamento de Suelos de la Universidad Autónoma Chapingo, Consultoría del Proyecto REDD de la ONU, Colegio de Postgraduados en Ciencias Agropecuarias, Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y de la Coordinación General de Conservación y Restauración de la Conafor tomaron decisiones en materia de manejo forestal que beneficiarán a los bosques durante decenios.
Cerca de 330 millones de hectáreas de vegetación forestal del mundo tienen designada como función principal la conservación del suelo y el agua, control de aludes, estabilización de dunas, control de la desertificación o protección costera. El área forestal designada para funciones protectoras aumentó en 59 millones de hectáreas, entre 1990 y 2010.
En un estudio reciente, llamado Línea Base Nacional de Degradación de Tierras y Desertificación, se identificaron diferentes niveles de erosión hídrica en 20% de la superficie del territorio nacional, lo que se traduce en 39.2 millones de ha. Por otra parte, la superficie nacional afectada por algún grado de erosión eólica es de 68.4 millones de hectáreas, que representa el 34.94% del país.
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