De acuerdo a un estudio difundido por la agencia IPS, lo cual deriva en una interrogante poco analizada, ¿es posible que la guerra en Siria, que en cuatro años ha costado la vida a más de 200,000 personas, se deba, al menos en parte, al cambio climático?.
Ello fue publicado en el estudio realizado por el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty, de la Universidad de Columbia, que considera que es “probable que una sequía sin precedentes que asoló a Siria entre 2006 y 2010 fue avivada por el cambio climático provocado por la actividad humana, y que la sequía pueda haber ayudado a impulsar el levantamiento sirio de 2011. Sumado a los demás factores de estrés, ayudó a que las cosas se pasaran de la raya hacia el conflicto abierto», declaró el investigador, Richard Seager.
Descrita como la peor guerra civil en la región en su historia, se dice que la sequía destruyó la agricultura en lo que se conoce como el granero de Siria, en el norte del país, y expulsó a los productores del área a las ciudades, donde la pobreza, la mala gestión del gobierno y otros factores provocaron el malestar social que estalló en marzo de 2011.
“No estamos diciendo que la sequía provocó la guerra”, advirtió Richard Seager, científico especializado en el clima y coautor del estudio, sino que añadió que “decimos que, sumado a los demás factores de estrés, ayudó a que las cosas se pasaran de la raya hacia el conflicto abierto. Y una sequía de esa gravedad se hizo mucho más probable por la aridez actual de esa región, inducida por el hombre”.
Por su parte, Doreen Stabinsky, profesora de política ambiental en la estadounidense Universidad del Atlántico, dijo que, evidentemente, la guerra en Siria es una situación compleja que no puede explicarse exclusivamente por la sequía y el colapso de los sistemas agrícolas. “Sin embargo, sabemos que la producción agrícola será una de las primeras víctimas de la catástrofe climática que se está desarrollando”.
De hecho, el cambio climático no es una amenaza lejana de consecuencias que se producirán en 2050 o 2100, añadió. “Lo que demuestra esta investigación es que los efectos del clima sobre la agricultura están sucediendo ahora, con consecuencias devastadoras para aquellos cuyos medios de vida se basan en la agricultura”.
Afirmó que “podemos esperar, incluso en el corto plazo, más de este tipo de impactos en los sistemas agrícolas que conducirán a migraciones a gran escala, dentro de los países y entre los países, con un costo humano, económico y ecológico importante”.
Lo que esta investigación demuestra más que nada es que la comunidad mundial debe tomar la crisis climática, y sus repercusiones para la producción agrícola, mucho más en serio de lo que ha hecho hasta la fecha, recomendó.
Según el nuevo estudio de la Universidad de Columbia, el cambio climático también dio lugar a que se agravara la tensión militar en la zona denominada Creciente Fértil, que abarca a partes de Turquía, Siria e Iraq. Dicho estudio, un número creciente de investigaciones sugieren que los extremos climáticos, como son las temperaturas altas y las sequías, aumentan las posibilidades de violencia, que abarcan desde los ataques individuales a las guerras a gran escala.
Cabe mencionar que el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático proyectó que la región de Medio Oriente se secará más en las próximas décadas a medida que avance el calentamiento global.
Los autores del estudio indicaron que Siria era especialmente vulnerable a causa de otros factores, como el drástico crecimiento demográfico, que pasó de una población de cuatro millones de personas en 1950 a 22 millones en los últimos años.
Además, los gobiernos de Hafez al Assad (1970-2000) y su hijo, el actual presidente Bashar al Assad, fomentaron el cultivo de productos de exportación que requieren un alto consumo de agua, como el algodón.
Comentarios Cerrados