En una manifestación de activistas de Greenpeace en la Av. Viacducto e Insurgentes en zona céntrica de la Ciudad de México se informó que si bien la población tiene muchos años de estar acostumbrados a ver asfalto y autos corriendo sobre la avenida Viaducto, hace menos de un siglo en ese lugar ahí había agua y de hecho, sigue habiendo, sólo que ahora, entubada, mezclada con drenaje y oculta bajo el asfalto.
El entubamiento del Río Piedad, ahora convertido en drenaje, es parte de la política de gestión del agua que se sigue en la Ciudad de México y su Zona Metropolitana y que está muy lejos de ser un manejo sostenible del agua en una urbe de más de 10 millones de habitantes y 25 millones sumando la población del Estado de México.
Por ello, Greenpeace y el despacho de arquitectura Taller 13, realizaron una actividad que llama a la ciudadanía para tomar conciencia de que necesitamos cambiar el modelo de manejo del agua en la megaurbe mexicana.
“La Ciudad y la cuenca de México tienen una historia que no todos recuerdan: antiguamente lo que menos hacía falta era el agua, todo lo contrario: 5 grandes lagos (Xaltocan, Chalco, Texcoco, Zumpango y Xochimilco) rodeaban a la zona urbana y eran alimentados por 14 grandes ríos y canales cuyos afluentes aún sobreviven hasta nuestros días, y que hoy se conocen como Ameca, La Piedad, Churubusco, Magdalena, Los Remedios, Santo Desierto, Mixcoac, San Juan de Dios, San Bernardino, San Gregorio, San Lucas, El Salto, La Compañía y Moctezuma, los que a partir de la conquista se fueron transformando en drenajes a cielo abierto, y finalmente entubados para dar espacio a los automóviles transformándolos en calles y ejes viales”, señaló Paloma Neumann, campañista Megaciudades, Operación Ciudad, de Greenpeace México.
Abundó que “la Cuenca de México ha sufrido uno de los cambios ecológicos y urbanísticos más radicales de planeta, sobre todo en el último medio siglo, en el que el área lacustre de más de mil kilómetros cuadrados fue sustituida por una caótica megalópolis de 2 mil kilómetros cuadrados”.
Cabe mencionar que la sobreexplotación del acuífero de la ZMVM indica que cerca de 70% del agua proviene del acuífero a una tasa que impide su recarga: 45% del agua se obtiene como resultado de la sobreexplotación, provocando hundimientos, socavones y fracturas en casas y edificios en las cercanías de los pozos de extracción; además que la importación y el despojo. Alrededor de 27% del agua se “roba” de las cuencas Cutzamala y Lerma-; y que el desperdicio del agua pluvial y de los ríos, y su exportación junto con las aguas residuales sin tratar: sólo se tratan aproximadamente 10% de las aguas residuales que se envían a la cuenca del río Tula, en Hidalgo, donde se usan para cultivar alimentos, y que finalmente, van a dar al Golfo de México.
CIFRAS DEL PROBLEMA DEL AGUA EN CIUDAD DE MÉXICO
– Casi el 40% del agua potable que se inyecta a la red de distribución, se pierde por fugas, y su disponibilidad es gravemente desigual en calidad ni en cantidad
– El 77% de la población de más bajos recursos recibe en promedio 128 litros por segundo al día, mientras que, en contraste, el 2% de la población de más altos recursos en zona residencial dispone de 567 litros por segundo al día.
– Por otro lado, un cuarto de la población no tiene acceso al agua de manera regular y constante (10% de la población recibe agua por tandeo semanal: 1 o 2 días a la semana; y 15% la recibe por 8 horas al día en promedio).
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