Alejandra Ramos Jaime, economista egresada de la Universidad Autónoma de Coahuila, declaró que la COVID-19 ha derivado en uso masivo de plásticos, desmitificando que este producto debe ser desechado del uso diario por las personas.
La activista defendió el uso de plástico con argumento ambiental, social, económico y político. Su campaña de soporte de sus opiniones la resume en “La solución soy yo”.
Detalló que el movimiento que encabeza pide coherencia a las autoridades y que no debe legislarse por legislar, pues los plásticos son insumos esenciales en sectores como la salud. Situación que se aprecia en estos días de pandemia.
Ejemplificó que en el estado de Coahuila se tiene una legislación política, sin bases científicas que permita tener alternativas sobre sistemas que reemplacen a los plásticos. “No hablaba de las repercusiones que derivaría del no uso de los plásticos en diversos sectores de impacto en la sociedad”.
Recordó que las bolsas y utensilios de plástico deben ser reusados en diversas ocasiones para darles un uso adecuado. Siendo una necesidad el fomento de la cultura de las personas, pues se estima que 87% de los desechos humanos se arroja a cielo abierto.
Ratificó que se requiere más educación, no sólo desde la escuela, sino con los adultos, para no desechar los elementos sin darles un uso adecuado.
La especialista desarrollo el taller de Economía en una lección y escribió el artículo “Prohibir el plástico es mala idea”, donde propone conocer, analizar y discutir las consecuencias de la restricción del plástico y contemplar lo siguiente:
- Las propiedades del plástico. Es un material maleable, higiénico, resistente y no requiere la tala de árboles.
- Una bolsa de papel debe de ser utilizada al menos siete veces para ahorrar el impacto ambiental de su fabricación con respecto a la bolsa de plástico. Mientras que la bolsa de tela debe ser utilizada más de 350 veces para compensar el impacto ambiental.
- Prohibir las bolsas de plástico desechables no necesariamente reduce la contaminación; sustituye un tipo de contaminación por otro, además de al propiciar la generación de enfermedades: dado que tanto la bolsa de tela y carbón, pueden acumular bacterias dañinas a la salud.
- Implicaciones de la sustitución de la bolsa de plástico por otros materiales como cartón, tele, papel, y sus implicaciones en el medio ambiente. Si bien la biodegradabilidad es más rápida, su fabricación requiere el uso intensivo de otros recursos: árboles, agua, hectáreas de cultivo, entre otros.
- Propuesta por modificar los códigos de conducta en el reuso de las bolsas de plásticos, de un potencial contaminante a un aliado para la recolección y clasificación de nuestra basura en casa.
- Necesidad por regular todas las acciones y áreas implicadas en la terminación de la basura (regulación de basureros al aire libre, revaloralización de la basura). Encontrar desechos plásticos en los océanos, ríos, alcantarillas o calles es un problema de la administración de la basura.
- La utilidad de los empaques plásticos en alimentos permiten extender su vida útil y facilitar su distribución.
Detalló que las soluciones para el tema del plástico no saldrán de una sola legislación que prohíba su uso, sino que se deben establecer diversos esquemas sobre su uso adecuado, reciclado, tratamiento, etc.
Puntualizó que no se pueden señalar culpables por el uso y comercialización del plástico, sino que se requiere de mayor información para el grueso poblacional y se comprenda que la solución está en todos los habitantes.
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