En un momento histórico, 196 gobiernos llegaron a un Acuerdo global en París, que sienta las bases de los esfuerzos a largo plazo para enfrentar el cambio climático. No obstante, es necesario actuar rápido y decididamente para asegurar el camino hacia un futuro en el que la temperatura global no aumente más de 1.5 °C. El Acuerdo debe fortalecerse y complementarse con acciones en el corto plazo, para alcanzar la meta de que la temperatura no aumente más de 2 °C o 1.5 °C, y de incrementar significativamente el financiamiento para la adaptación, las perdidas y daños, y una mayor reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Cabe mencionar que después de un largo proceso de cinco años de negociaciones que comenzaron en la COP 16 de Cancún, se adoptó por aclamación el Acuerdo de París sobre Cambio Climático en sesión encabezada por el Presidente de Francia, François Hollande, el Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-Moon y el Ministro de Relaciones Exteriores de Francia y Presidente de la COP 21, Laurent Fabius.
Por su parte, Yolanda Kakabadse, presidenta de WWF Internacional, agregó que “las negociaciones climáticas en París hicieron más que producir un Acuerdo. Este momento ha impulsado a la comunidad global hacia una acción colaborativa de gran escala para hacerle frente al cambio climático. Más de 1000 ciudades se comprometieron con 100% de energía renovable; tomó forma un ambicioso plan por parte de África para desarrollar fuentes de energía renovables al 2020; y se lanzó la Alianza Solar Internacional por parte de India, que incluye a más de 100 países para abordar los temas de acceso a la energía y el cambio climático».
El Acuerdo de París debe ser justo, ambicioso y transformacional. Los resultados en áreas clave incluyen:
* Crear un plan para cerrar la brecha en las emisiones de gases de efecto invernadero, incluyendo el financiamiento para acelerar las acciones de mitigación antes y después de 2020
* Ciclos de revisión cada 5 años, balances periódicos para acciones de reducción de emisiones, el financiamiento y la adaptación. Sin embargo, la ambición y la urgencia de la acción climática no es lo suficientemente fuerte, y dependerá, en esencia, de las acciones de los gobiernos para tomar medidas rápidas y ambiciosas. Otros actores, incluyendo las ciudades, el sector privado y los ciudadanos, deben continuar sus acciones y presionar a los gobiernos para hacer mucho más.
* Apoyar a los países más vulnerables para limitar los impactos del cambio climático y hacer frente a los inevitables daños que ocasionará.
* Un objetivo global para la adaptación al cambio climático, así como un reconocimiento por separado y explícito del crucial tema de pérdidas y daños, logros importantes. Pero no es suficiente para asegurar el apoyo necesario para la protección de los más pobres y vulnerables.
* Establecer una meta al 2050 con el objetivo de abandonar los combustibles fósiles y migrar hacia la energía renovable y al uso sostenible del suelo.
* Al incluir una meta de temperatura de largo plazo que esté muy por debajo de los 2 °C de calentamiento, con una referencia a una meta de 1.5 °C, se está enviando una fuerte señal de que los gobiernos se comprometen a aceptar lo que dice la ciencia. El reconocimiento de la brecha de emisiones y la inclusión de un objetivo cuantificado de gigatoneladas al 2030, debe servir como base para la revisión de los compromisos nacionales antes de 2020.
El nuevo acuerdo representa un hito en la historia del planeta, al comprometer a todos los países –desarrollados y en desarrollo– a trabajar unidos, de manera ambiciosa, progresiva, equitativa y transparente para mantener la temperatura global por debajo de los 1.5º centígrados con base en el conocimiento científico y la innovación tecnológica.
México mostró liderazgo en París: el papel que desempeñó durante la cumbre climática fue reconocido por su ánimo constructivo, su ayuda como facilitador de las negociaciones y el impulso a metas ambiciosas de financiamiento, mitigación y adaptación.
Nuestro país participó activamente en las negociaciones referentes a los marcos temporales para la presentación de informes de acción y aumento de ambición, así como en las relativas al mecanismo que se encargará de dar seguimiento al cumplimiento del Acuerdo. La delegación mexicana también formó parte del grupo de 90 países que estuvieron a favor de un acuerdo ambicioso.
Sin duda, los alcances del Acuerdo de París tendrán un impacto directo en la transición hacia una economía global baja en carbono que además de preservar el medio ambiente, promueva el desarrollo sustentable de los pueblos.
A lo largo de dos semanas de negociaciones, la Conferencia de París sobre Cambio Climático congregó a más de 40 mil participantes, provenientes de 195 naciones, además de observadores, representantes del sector privado y numerosas organizaciones de la sociedad civil.
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