Si no se adoptan las medidas adecuadas, para el año 2030 el mundo podría experimentar un déficit de agua de 40 por ciento para todos los usos, advirtió Blanca Jiménez Cisneros, directora de la División de Ciencias del Agua y secretaria del Programa Hidrológico Internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Dijo que “en el tema del agua, como en otros, importan mucho los temas científicos y técnicos, pero si no comunicamos, si no trabajamos en los aspectos de política y de manejo, no sirve absolutamente de nada”, mencionó la ingeniera ambiental”.
La especialista en el campo del tratamiento y reúso del agua explicó que solo 2.5 por ciento del agua en el planeta es dulce y aproximadamente dos terceras partes de esta cantidad se encuentran en glaciares y nieves perpetuas. Si bien los recursos hídricos son renovables, su disponibilidad y accesibilidad dependen de las variaciones de su precipitación, las condiciones geográficas y los propios servicios del agua.
Añadió que “a pesar de que tenemos agua distribuida, 85 por ciento de la población mundial vive en la parte más seca de la Tierra como África o Asia, lo que representa un reto en la demanda del recurso y también es una causa de migración”, señaló la Premio Nacional de Ciencia y Artes 2009 en el área tecnología y diseño.
Por otro lado, la problemática de los desastres hídricos como muertes por enfermedades o por desastres, ocasionan de 6 a 8 millones de decesos y pérdidas económicas por alrededor de 300 billones de dólares por año, lo que suele afectar más a países pequeños y pobres, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En el tema de las sequías, la científica destacó que son 10 veces más costosas que las inundaciones. En el 2014, se registraron 1.7 millones de personas severamente afectadas, además de que la frecuencia de las sequías se incrementó en 360 por ciento.
Desde el año 2013, en América Latina, la sequía se ha considerado el principal desastre por el número de personas afectadas, ya que también impacta a los sectores de salud y nutrición. “El agua es un factor crítico entre las causas de la pobreza”, destacó.
Otra de las problemáticas a las que se enfrenta la población actual es el deslizamiento de terrenos, y es que muchos de los asentamientos humanos están en zonas lacustres o en las orillas de ríos.
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